No salí de escorpio en todo el día, solo me mantuve pensando en las palabras de mi diosa. No duro ni cinco horas todo, y ya todo el santuario lo sabia, joder ni tiempo de sentirme miserable porque se que pude a ver echo mas, pero mis fuerzas me abandonaban. Curaba mis heridas sentado en la entrada de mi templo, cuando mi mejor amigo me miraba con furia ¿Qué demonios hice ahora?
-¡¿Cuando me lo pensabas decir?! -se notaba poco feliz-
-¿De que hablas?
-¡No te hagas el que no sabe, Milo!, ¡Sabes perfectamente de que hablo!
-Camus, juro que si te entendiera te daría respuestas, pero enserio, no se de que demonios hablas
-¡De que me mentiste! ¡No me dijiste lo de la misión!
-¡Joder!, ¿Eso es lo único que les importa? ¡¿No les importa que yo estoy bien?!
-¡No, Milo! ¡No nos importa!
Al oír eso todo quedo en silencio... ¿No les importaba?, Camus enojado se fue, al perderlo de vista solo rompí en llanto, ya me daba cuenta lo insignificante que era para todos, ¿También fui algo irrelevante en la vida de mi maestro Kardia?