Dueles┃Dark Obey Me (+18)

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ADVERTENCIA: Este capítulo contiene momentos delicados relacionados con el abuso sexual, si tienes problema con este tipo de contenido, recomiendo dejar de leer.

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Las luces destellantes yacían sobre la pista, iluminando con diversos colores a los invitados que bailaban alegremente en ella al ritmo de la música. Ya había pasado un par de horas desde que MC se había ido, sorpresivamente ninguno de los hermanos se había dado cuenta de ello, suponían que estaba con el otro.

Leviathan había regresado a su lugar, sentado en la mesa, como si nada hubiera pasado, Belphegor seguía durmiendo, hasta que se acercó Beelzebub con una buena cantidad de platillos en las manos.

—¿Por qué traes todo eso? —Preguntó Belphegor algo somnoliento.

—Barbatos me dijo que, para evitar molestias, me llevará lo que me iba a comer a la mesa. —Contestó. —No creo que esto sea suficiente, pero por ahora me conformo. —Añadió mientras dejaba los platillos en la mesa, para luego sentarse. —¿Y MC? —Preguntó antes de darle un mordisco a una pata de pollo.

—Uhm... Estaba aquí conmigo hace un momento, la vi irse a la pista de baile, seguramente este con Asmodeus o Mammon bailando. —Contestó mirando hacía la pista.

—¡Ack! ¡Volví a perder! ¿Qué diablos con esta dificultad? —Exclamó Leviathan sin sacarle los ojos de encima a la pantalla.

—Diablos, si que eres patético, Levi. —Comentó Belphegor mirándolo con desprecio.

—¡¿Eh?! ¿Y eso por qué?

—Es penoso verte jugar videojuegos en una fiesta. —Contestó.

—¡Pero si tú estabas durmiendo!

—Es menos penoso que jugar videojuegos.

En ese instante la discusión fue interrumpida por la llegada de Mammon, quien llevaba en su mano derecha una bebida, se acercó a la mesa mirando hacía los lados, buscando a MC.

—¿Dónde esta MC? ¡N-No es como si la estuviera buscando para bailar con ella ni nada! Simplemente quería saber si estaba por ahí. —Preguntó Mammon dirigiéndose a sus hermanos.

—No lo sé, debe de andar por ahí con Asmodeus. —Contestó Leviathan.

Mientras la fiesta continuaba en Devildom, la pesadilla apenas comenzaba detrás de aquella puerta en la que MC había entrado, en aquel misterioso mundo del cual ahora era presa en esa fría habitación.

MC estaba sentada en el suelo, con la espalda repoyada en una cómoda color blanca, se sentía en una posición incómoda, pero eso no era una preocupación primordial ahora, pues estaba siendo retenida por un Leviathan totalmente diferente, quien la hacía sentir cosquillas con sus besos en áreas sensibles como su oreja o su cuello, sentía las ahora sus cálidas manos de acariciando su pecho con suma delicadeza.

Su busto estaba totalmente expuesto ahora, su cuerpo respondía como se supone debía hacerlo, lentamente sentía el calor surgiendo de sus partes más íntimas, el cosquilleo en su estomago, la calidez de sus mejillas enrojecidas, la inevitable respiración acelerada, acompañada de pequeños gemidos que no podía acallar por más que lo quisiera.

La mano de Leviathan se estaba paseando por esa área de nuevo, siendo ahora más directo y tocando aquella parte sensible por encima de su ropa interior. MC se sentía tan avergonzada, su cabeza daba demasiadas vueltas, no comprendía absolutamente nada, su mente estaba en una parte y su cuerpo en otra, sintiendo su entrepierna húmeda.

—Se nota que también me extrañaste. —Susurro Leviathan con una sonrisa. —Estoy siendo lo más cuidadoso posible, eso me hace un buen chico, ¿Verdad, MC? —Preguntó esperando una respuesta positiva.