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Sus oídos recibían con gloria cada una de las palabras que escuchaba y que se unían para formar diálogos. La voz de tono fuerte, pero elegante y suave al oído, se oía por toda el aula de clases. 

El chico parado al frente de la sala, leía apaciblemente el libro que sostenía entre sus finas manos mientras que Harry Potter le escuchaba atento. En realidad mas de lo que el hubiera querido; pero aquellas palabras y aquella historia que era narrada de forma extraordinaria, causaba que todo su interés se estancara ahí, atento a las palabras, atento a la historia, atento a Draco Malfoy...

Cuando su propia varita lo consumió ante el trepidante sentimiento del mismo poder...

Los aplausos que comenzaron hace segundos, apenas los pudo captar Harry que despabilado por el horrible sonido de las palmas chocando una con otra. Miro a todos lados con el ceño fruncido, luego de haber apartado el mentón de su palma en la que había estado apoyado todo aquel párrafo.

—¡Fantástica elección señor! ...Aah... ¿Malfoy?— La fantasmorica figura alado del chico enfrente del salón; con sus gafas y una sonrisa casi cubierta por su barba, reía con los ojos brillosos.

— Si profesor, Binns— Respondió Malfoy cerrando aquel libro de tamaño extenso entre sus manos y realmente, no muy feliz.

—Muy buena, muy buena...Tome asiento señor Malfoy...—Susurro el profesor, asombrando y haciendo enojar a algunos alumnos cuando el espectral profesor de Historia de la magia, recordó el apellido de Draco Malfoy, cuando naturalmente, no lo hacía—Bien, la siguiente...a ¿Señorita Grant?

—Granger, señor...—Corrigió la castaña amiga de Harry que estaba sentado alado de él. Este dejando de ver como Malfoy iba a su lugar se volteo a ver a la chica quien se levanto de la banca y fue directamente al centro del salón como el rubio lo había hecho hace unos segundos atrás.

La chica abrió el libro que tenía, ojeo las páginas y después comenzó a decir en voz alta el párrafo que más le había gustado del libro; idea del Profesor Binns, que días atrás les había dejado como tarea, tarea que había resultado difícil para Harry, pues después de varios días, aun seguía sin conseguir un párrafo que le emocionara las tripas, irritante para él. La mayoría de sus amigos sabían, que Harry era el mayor fanático de la magia misma, desde pequeño, cuando vio a Hadrid haciendo un simple hechizo ya estaba maravillado, y por eso le enojaba que de tantos libros de historia de la magia que había leído aun no podía encontrar su media naranja...

—Muy buen párrafo señorita...Aah.

— Granger...—Mascullo Hermione cerrando el libro entre sus manos, irritada.

—Si, eso. Tome asiento, por favor— Pidió el profesor amablemente, pero justo cuando estaba pasando la mirada por sus alumnos para ver a quien elegir, la campana del colegio resonó por el lugar haciendo que varios soltaran aire de forma aliviada, incluyendo a Harry...

—Aquellos que aún no han pasado, será la próxima semana— Comento el profesor Binns antes de atravesar la pared que daba a su despacho.

Todos los alumnos comenzaron a guardar sus pertenecías.

—¡Vamos Harry, que muero de hambre! — Le regaño Ron que ya se hallaba alado de la puerta junto a Hermione que le pedía en susurros al chico que le regresara su mochila.

—Si, ya voy— Respondió Harry con una libreta en su mano mientras veía la pasta del libro que llevaba Malfoy en su mano en tanto iba saliendo del salón, Listo, se dijo subrayando abajo del título un simple rayón para destacarlo, ya que después iría a comprarlo—Ya vámonos.

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⏰ Última actualización: Nov 16, 2021 ⏰

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LIVRE | ᴴᵃʳᶜᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora