☘Nᴏʀᴍᴀʟ Gᴜʏ☘ ʳᵉⁱᵗᵃ ˣ ˢᵃⁱᵏⁱ

17- Eɴ sᴜ ʜᴀʙɪᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ

Kusuo ya había estado en la habitación del peli-morado, obviamente

Pero por alguna razón estaba nervioso

Sabía que no había razón de estarlo, después de todo, ni que fueran a hacer algo más que estudiar, o eso era lo que pensaba el psíquico

Deja de pensar en eso, deja de pensar en eso, deja de pensar en eso, deja de pensar en eso, deja de pensar en eso

Se repetía totalmente nervioso el peli-rosa

Últimamente malpensaba varias cosas que llegan a tener doble sentido por parte de su novio, lo cual lograba ponerlo rojizo

El problema es que claramente el peli-morado no está insinuando lo que el psíquico piensa

Y eso solo lograba ponerlo más nervioso todavía

Kusuo miro al frente, encontrándose con el templo enfrente suyo

Trago saliva antes de entrar

Mientras caminaba obteniendo saludos por parte de los monjes, los cuales lo veían seguido por ahí, sino no lo hubieran dejado pasar

En cuanto llego a la habitación del peli-morado suspiro profundamente para luego tocar tímidamente la puerta del cuarto

Escuchando una pequeña risita por parte del médium del otro lado de la puerta, lo cual lo extraño un poco

—Kusuo, ya te dije que no tienes porque tocar la puerta para entrar — Le hablo sorprendiendo al psíquico

El cual entró dudosamente

—H-Hola... — Se inclino hacia el alto con un pequeño rubor en sus mejillas

Vio como el peli-morado se levantaba del lugar donde estaba sentado anteriormente para acercarse a su cara lentamente

Y terminar dándole un beso, causando que su rostro se torne igual que rojo que un tomate

—Hola Kuu~ — Lo saludo totalmente alegre para luego cerrar la puerta de su habitación, la cual sin querer el peli-rosa había dejado abierta

Aunque el mismo seguía algo en shock por lo sucedido anteriormente

Esa era una de las veces de cuando el contrario iba a la casa del otro

Pero Kusuo no quería que Reita volviera a su casa, después de todo, su familia lo había avergonzado un poco con el gran entusiasmo que tenían al ver al novio de su hijo

Lo cual claro que no quería que sucediera de vuelta

—Kusuo, ¿Quieres sentarte encima mío? Yo no tengo problema — Dijo con una gran sonrisa, ocasionando que el peli-rosa volviera estar igual de rojo que antes

Sin embargo, algo tímido se acerco al peli-morado, en cuanto llego a su lado este palmeo sus piernas dando a entender que quería que se sentará

Lo cual obviamente hizo, sin dejar de tener la cara como un tomate

En cuanto se sentó, el médium lo abrazo de la cintura, poniendo su cabeza en el hombro del contrario, el cual sonrió mientras correspondía al abrazo

Duraron así unos cuantos minutos, ambos estaban tan tranquilos que parecía que nada los interrumpirá

—Reita necesitamos que- — Cierto cura entro sin siquiera tocar la puerta, encontrándose con la escena de ambos muchachos enamorados

Claro que aquello lo sorprendió demasiado, tanto que ni articular palabra podía

—Es la última vez que no la cierro con llave — Soltó un murmuro hacia el peli-rosa, quejándose de lo que hizo el sacerdote