Capítulo 2: Primera impresión.

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[…]

Rubius

Había llegado con anticipación al instituto, el padrino me había traído en su coche, deseándome suerte, aunque más para asegurarse de qué no me fugara y me fuera de botellón o qué se yo.

Después de mis salidas ya no confiaban en mi.

Al llegar me puse a observar a los muchachos que entraban al vestíbulo buscando a sus camaradas. A mi le hubiese gustado estar igual...

Pero no tenía a nadie a quién buscar, había llegado hace solo unos dos meses a España después de la última reconciliación de mi madre con el padrino y no tenía ningún conocido en Madrid, los últimos tres años estuve en Noruega, todos mis colegas estaban allá.

De pronto pude ver a un trío de tíos abrazados y a una chica de cabello azul, y pensé: Me he' namorao'

Me ponen de una manera las tías con el cabello de colores, es impresionante, joder, de solo pensarlo ya me pongo palot.

—¡Hostia, una tía de cabello naranjo! — pensé casi en voz alta cuando vi a la muchacha pasar frente a mi, avanzando.

Vi cómo varios más comenzaban a moverse y a entrar por una puerta en el vestíbulo y cómo no tenía ni puta idea de qué hacer, pos los seguí y qué les den.

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Había resultado una clase en plan instructiva de qué podíamos hacer y que no, había seguido a la tia de naranjo más esta se había sentado con un chico de lentes hipsters, piel clara y cabello oscuro.

— "Mierda" — pensé — "¡Va a quitarme a la muyaya!"el sujeto era muy guapo y me decepcione, joder, casi podría haber ligado.

Cuando la mujer qué nos hablaba se distrajo, aproveche para saludar con mi típica energía al volverme, más sin darme cuenta me había inclinado de más y ahora estaba cara a cara con el cabrón de antes, por un momento me asuste, pero al observar sus ojos me di cuenta de la calidez y amabilidad de estos, además de lo divertidos qué se veían estando confundidos y asustados, así qué me reí cómo gilipollas, con lo qué me gané el primer regaño del año.

Luego de eso, procedimos con las presentaciones más formales, el tio era majo y la verdad me había agradado, parecía ser gamer, ya qué llevaba una camiseta negra con el logo de "Far Cry 4", lo cuál llamó aún más mi atención.

Le sonreí a Mangel cuando me dio la razón al decirle qué eramos iguales, hasta qué escuché una leve risita femenina y miré a la muchacha junto al tio éste.

— Eh, tu. — le hable a la chica, quién alzo la vista y me encontré con unos bonitos ojos claros, acompañados de su melena peli-naranja. — Soy Rubius, ¿Y tu? — pregunté intentando evitar gritarle qué fuera la madre de mis y hijos.

—Jannies. — respondió con una mirada extraña, quizás un poco sorprendida.

—¿Qué tal, Janni'h? — preguntó Mangel saludándole con ternura.

Pero no recibió respuesta alguna, ya que se levantó de golpe mirando al frente y acto seguido todos los demás lo hicieron.

—¡Hostia, puta! — maldije dándome la vuelta mientras me paraba, sintiéndome algo raro al ser el más alto de todos ahí, solo para ver cómo poco a poco comenzaban a salir estudiantes y una qué otra persona se volteo a ver al ser el último en pararme, y más con tanto jaleo entre la mesa y la silla.

—Eh, ¿Qué ése no es el tio de las flechipollas? — escuché decir a alguien y sentí cómo mi rostro se acaloraba.

Al salir nos distribuyeron en grupos, en mi caso me fui con los de tercer grado, dónde para suerte mis iban Jannies y Mangel, y muchos otros más.

El instituto de Youtubers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora