El renacer de una emperatriz con linaje militar (parte 2)

Capítulo 138: Arrebatar (Parte 1)

"Por suerte, este Príncipe también quiere".

Inicialmente, todos los que estaban sentados estaban sonriendo, pero después de algunas sonrisas más, no pudieron continuar sonriendo. HuangFu Hao miró a los ojos del Príncipe Rui e incluso Fu Xiu Yi lo miró inesperadamente, mientras que la expresión facial de la princesa Ming An se congeló y su estado de ánimo se distorsionó instantáneamente.(jajajja en tu cara)

Fue el Príncipe Heredero el que se rió y alisó las cosas: "Una doncella elegante y virtuosa, el deseo de un caballero. La joven dama Shen tiene tanto miradas como talentos, naturalmente atraería a innumerables héroes ".

Todos lo siguieron y asintieron con la cabeza. El príncipe Rui recogió la copa de vino que estaba colocada con una sonrisa pero no una sonrisa, y no habló más.

Todos pensaron que él simplemente bromeó y dijo una broma, porque no por nada más, ¿Cómo podría el Príncipe Rui del Gran Liang casarse con una hija de un funcionario de Ming Qi? Sin mencionar que estas dos personas no estaban bien emparejadas, ahora bajo circunstancias tan sensibles y tensas, casarse con una Joven de otro país era como entrar en una trampa que lo inquieta. Quién sabe si esa joven dama era una espía enviada por el otro país, y no importa cuán valiente fuera, nadie se atrevería a correr este riesgo.

Todos continuaron riendo, bebiendo y comiendo, pero después de que el príncipe Rui dijo esas palabras, la princesa Ming An había caído en un estado de resentimiento de que incluso su mirada estaba llena de odio, e incluso HuangFu Hao frunció el ceño.

Hablando de eso, el banquete que organizó el Príncipe Heredero fue bastante satisfactorio, ya que los Príncipes de Ming Qi probablemente querían conocer la actitud del país Qin y el Gran Liang hacia Ming Qi. Hasta ahora, el país Qin había sido muy íntimo con el Ming Qi, y no tenía ninguna intención de ser enemigos. Sin embargo, era el Príncipe Rui, proveniente del Gran Liang que no era ni frío ni cálido, se podía ver que no estaba cerca ni era hostil y que uno se sentía esquivo. Incluso durante el brindis cuando todos estaban borrachos y alegres, hizo que otros se frustraran porque no estaba borracho y su mente estaba clara, por lo que no había ningún error en sus palabras.

Al final, el Príncipe Rui también fue el primero en irse. Debido a que dejó el banquete, el humor de la princesa Ming An se volvió aún peor. En el camino de regreso, la princesa Ming An había castigado a varios sirvientes, e incluso los subordinados del príncipe Ding que estaban en asuntos oficiales también fueron maldecidos por ella.

Esas dos personas no eran otras, sino Xie Chang Wu y Xie Chang Chao. Fu Xiu Yi los regañó un poco más antes de que la princesa Ming An lo dejara ir. Después de regresar a la residencia del Príncipe Ding, Fu Xiu Yi les contó a sus asistentes sobre lo que había sucedido hoy en el banquete y reflexionó: "Ese Príncipe Rui del Gran Liang parecía ser hostil a este Príncipe y oprimió deliberadamente durante el banquete.

Fu Xiu Yi pudo atraer a un grupo de personas capaces y, como Príncipe, además de ser capaz de resistir, sus planes podrían no ser la alteza, sino su capacidad para reclutar talento y perseverancia, algo que nadie entre los nueve Príncipes era capaz de competir con él. Podía pasar días frente a la puerta de madera de otro y esperar, y cada vez que espera, sería una noche entera, y también planeó un futuro estable y próspero para toda la vida de la familia de esa persona. Por lo tanto, todos los asistentes que lo siguieron eran talentosos y leales. Una vez que hubo algún problema, pudo obtener la respuesta de la boca de los ayudantes.

En cuanto a la capacidad de gestionar personas, era lo que un Emperador debería aprender a hacer. En este punto, Fu Xiu Yi era de hecho un emperador sobresaliente.

Cada uno de los ayudantes estaba sumido en sus pensamientos, mientras Fu Xiu Yi miraba al hombre vestido con ropa justo en frente y decía: "¿Qué piensa el caballero Pei al respecto?"