|Capítulo 8|

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|AL FINAL DEL CAPÍTULO ESTÁN NUESTROS HERMOSOS CHICOS. RECUERDEN QUE SI NO LES GUSTAN PUEDEN ELEGIR OTRO PERSONAJE PERO AHORREN LOS MALOS COMENTARIOS. DICHO ESTO, SIGAN CON LA LECTURA|

Lucca

Sentía que en cualquier momento me volvería loco. El olor a jazmines que desprendía su cuerpo me tenía demente. 

Cuando tenía aproximadamente diez años, mi abuela llegó a casa con un ramo de rosas y un ramo de jazmines. Por mera curiosidad olí los jazmines y desde entonces amo ese olor.

Miré a Dante con advertencia. Sabía que él también se estaba conteniendo. Ver a nuestra pequeña muñeca amarrar su cabello en una coleta alta, desprendiendo ese maravilloso olor a coco, lo estaba consumiendo por dentro.

Ama todo lo que tiene coco; tarta de manzana con coco, tortas de vainilla con sabor a coco, waffles con sabor a coco, galletas de chocolate con coco. Todo con coco, si o sí.

Bruno nos mirada con una sonrisa burlona, él sí se podía controlar. Ama el olor a comida casera recién preparada. Sabía que nuestra muñeca sabía cocinar, se le notaba a leguas, en el momento en el que la vea cocinar, si eso sucede... estoy seguro que sí, se volverá loco. Espero con ansias ese maravilloso momento.

Lea

Amarré mi cabello en una coleta alta, ya que se encontraba todo desprolijo, acomodé los mechones a cada lado de mi rostro, suspiré y me volteé.

Tenía frente a mí a los tres hermanos, Bruno, Lucca y Dante. Estos últimos tenían los ojos un poco más oscurecidos mientras que él otro tenía una sonrisa plasmada en su rostro, llena de diversión y... ¿burla?, tal vez.

Un poco incomoda decidí carraspear. No me sentía cómoda aquí. Los tres me miraban de una manera que no podía explicar, sentía un hormigueo intenso dentro de mí. Los nervios me estaban consumiendo poco a poco, lentamente.

-¿Todo bien, doctora Cooper?- preguntó el menor de los hermanos.

-Lo mismo le pregunto a usted- dije con una ceja alzada y voz firme. No dejaría que me vieran nerviosa.

-¿Por qué pregunta?- curioseó con una perfecta ceja alzada.

-Usted esta mirando a sus hermanos de una forma extraña-

-¿Extraña?. Si no se explica no entiendo, doctora- dijo recostándose en el elevador.

-Con burla. Usted los esta observando con burla. ¿Puedo saber el motivo?- pregunté para luego chasquear mi lengua suavemente en mis labios. Sus ojos se dirigieron allí y mordió su labio inferior.

Podía sentir la penetrante mirada de los otros dos hermanos. Ambos en silencio, la respiración un poco acelerada, sus ojos en mí y estaban quietos como estatuas, sin hacer ruido, escuchando atentamente todo lo que decíamos Bruno y yo.

-¿Quiere saberlo?- cuestionó con una sonrisa de medio lado- ¿Quiere saber el motivo de por qué los miro así?...

-Por algo le estoy preguntando. ¿Acaso no escuchó mi pregunta, chico bonito?- dije con burla. Sabía las últimas palabras que había dicho y no me arrepentía ni en lo más mínimo.

-¿Chico bonito?- preguntó coqueto- ¿Le parezco atractivo, doctora Cooper?- preguntó mientras se acercaba hacia mí, intentando "intimidarme" y ponerme nerviosa. 

Me quedé estática en mi lugar, esperando su siguiente movimiento. Sé que él esperaba una reacción de mi parte. Se sorprendió bastante al no verla.

Alcé una ceja cuando quedó frente a mí. Sentí el delicioso olor que desprendía. Un maravilloso olor a lavanda y perfume caro.

Delicioso. Simplemente delicioso.

Lea [SUSPENDIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora