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[Intentar acercarse]

Luego de tener esa platica con Edna, días después ya los demás sabían el secreto, por suerte lo entendieron y no se lo dirían a cierta persona.

A Mikleo dio un gran alivio al saber sus opiniones. Lailah como siempre positiva, Zaveid y Rose lo molestaban un poco acerca sobre su interés por Sorey y Dezel no dijo no nada pero se notaba mucho que lo comprendía.

Y finalmente Alisha, que la noticia le tomo por sorpresa. Al inicio el omega pensó que se enojaría por que le gustaba Sorey, pero lo que le mencionó era completamente diferente a lo que creía. Le explico que no tenia interés alguno en su amigo, que era una simple amistad, también le comentó que lo apoyaría sin entrometerse.

La verdad, en ese momento fui la persona mas feliz del mundo.

Ahora, faltaba pensar en como podría acercarse a Sorey, aunque contaba con el apoyo de todos, era difícil.

Varias ideas se le venían a la cabeza, el problema es que unas eran sin sentido y otras tenía miedo de ponerlas a prueba. Temía a que lo rechazara o se entere y pasen vergüenza entre los dos.

Pero, todo por sea por él.

En uno de esos días, consulto con la ayuda de Lailah, para que todos se pusieran de acuerdo y dejaran que Sorey y Mikleo tuvieran una charla a sola.

Lo pusieron en marcha.

— Chicos, nos veremos luego, debo irme junto con Rose al palacio, tenemos cosas que hacer. —habló Alisha, mientras se levantaba de su lugar y echaba una miradita a la pelirroja.

— Oh, es cierto, casi se me pasa por alto. Nos vemos chicos. —y ambas se retiraron del lugar.

— Adiós Alisha, Rose! —Sorey sacudió la mano un poco.

Los únicos que quedaban eran los acompañantes del castaño

— Bueno, iré a salir un rato, ahí luego. —comentó la pequeña rubia.

— Yo iré igual —Zaveid le siguió el paso a la mas baja.

— Eh, por que? —cuestiono Sorey.

— Que acaso esta mal? Solo serán unos minutos, volveremos... —Edna salió lo antes posible, para evitar que el castaño se pusiera a cuestionarle más.

— Jaja, tiene razón. —y después, ambos desaparecieron.

Dejando así, solos a Mikleo y a Sorey en la librería de la posada.

— Hey, Sorey, que lees? —el omega se acercó al Alfa mirando el libro que portaba.

— Oh, pues, se trata de un chico que intenta de muchas maneras enamorar a su mejor amiga, pero esta siempre lo vera como un amigo y se fijara en otro que la trata mucho peor. ¿Que cosas no? —río un poco.

— Eh, si, claro eh...

— Mientras Alisha bajaba los libros, me pidió que sostuviera este y me dispuse a leerlo.

— Hum, Sorey... —le llamó el omega desviando la vista.

— Dime Mikleo

— Tu crees... —exhaló— ¿Tu crees que estés listo para una relación?

— Ou, a que va la pregunta?

— Pues, me dieron ganas de preguntar. Además, soy tu mejor amigo, estamos en confianza, no? —agacho la cabeza aún más, esperando respuesta.

— Claro. Pues, siendo sincero, no lo se. Me dieron el cargo como líder para poder proteger esta ciudad de ese alfa llamado Heldalf, así que supongo que no, por ahora. —se quedaron en silencio.— Así que ya sabes —sonrió.

Mikleo estaba estático, no sabia como sentirse, le rompe el corazón saber que la respuesta era no pero por otra parte cierto gusto al escuchar "Por ahora".

Era una mezcla que lo deja confundido, entonces, en un futuro si tendrá oportunidad? Aunque igual tenía miedo, que tal si para ese tiempo Sorey se interesaba en una omega y lo perdería?

– Mikleo...

Bueno, tampoco era bueno sacar conclusiones antes de tiempo. Aún quedaba esperanza, sin embargo, eran bajas.

– Mikleo...

Sera mejor seguir con el plan pero no de manera apresurada, debía de ser paciente y tomar su tiempo, tiene fe en que esto dará sus frutos.

— Mikleo!

— Eh..!!

— Oye, estas bien? Es que te quedaste helado mirando al suelo. Todo bien? —le pregunto el castaño viéndolo fijamente.

— Ah, lo siento, me quede pensando en algo.

— De acuerdo, no importa. Por cierto Mikleo...

— Mande?

— Y a ti, no te gusta alguien? —le cuestiono acercandocele.

— Eh... —a esa distancia, el omega podía ver perfectamente cada detalle de rostro del otro, esos ojos verdes, su cabello, esa sonrisa... Sus labi— Ahh... eeh no Sorey, por el momento nadie me interesa.

— Ah, esta bien —se alejo, volviendo a centrarse en su lectura.

Mientras tanto, Mikleo se moría por dentro, no le gustaba tener ese tipo de pensamientos pero eran inevitables.

Sorey estaba tan concentrado en el libro, que no se percato que un sonrojado omega se encontraba a su lado.


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