˚ ִֶָ 🗝️ ♡︎ ₊ ¡𝗘𝗹 𝗝𝗮𝘆𝘄𝗼𝗻 𝗲𝘀 𝗿𝗲𝗮𝗹!

OO1

—¡Nooo~!— se levantó de manera brusca. —¡Tú no puedes hacer esto Park jonseong, tú no!

Lena, la cual estaba sentada mirando la pantalla de su teléfono celular, fue hasta donde se encontraba una histérica Minju para saber lo que ocurría.

Minju mantenía el ceño completamente fruncido señaló el ordenador y Lena sin entender nada miró hacia la pantalla.

Minju no podía creer lo que sus ojos miraban en el ordenador ¿Qué diablos había pasado? O la verdadera pregunta era ¿Cómo diablos paso?
Jay y Jungwon llevaban una relación confusa ante los ojos estudiantiles. Ambos chicos eran populares por diferentes razones.

Jay era sumamente dulce y protector con Jungwon, hasta el grado de alejar a cualquier chico que no sea él y su grupo de amigos. Cada detalle que tenía el mayor por Jungwon no pasaba desapercibido por nadie, si Jungwon quería pollo frito, Jay se las arreglaba y convencía a la cocinera de la cafetería para que preparara pollo frito únicamente para Jungwon. Si Jungwon tenía frío, Jay rápidamente se quitaba su chaqueta para dársela y este calientito, para luego besar la frente de Jungwon de manera dulce, tomar su mano y llevarlo hasta su hogar.

Si Jungwon quería algo, Jay se encargaba de cumplir hasta el capricho más tonto solo por el simple hecho de ser Jungwon. Y cada vez que alguien les preguntaba si eran pareja ambos de manera tímida, Jungwon más que Jay, negaban asegurando que solo eran "amigos".

Y Minju no muy contenta con esa respuesta, decidió abrir el club Jaywon. Dónde sus amigas y ella se encargaban de juntar al par de amigos.

Aún con el ceño fruncido, mirando atentamente la publicación reciente donde Jay anunciaba su noviazgo con alguien que claramente no era Jungwon, le molestaba.

¿Cómo pudo ser tan ignorante?

—Llama a las chicas—dijo Minju, causando que su amiga pelinegra rápidamente tecleara el número de Seoryoung.

—Aquí baby seong, aquí baby seong, ¿Cuál es la emergencia?— se oyó a la chica hablar tras la línea.

—Aquí taquitos al pastor, hay un código nueve, repito, hay un código nueve, cambio.

Seoryoung palideció.

—¡No puede ser!- la chica gritó tras la línea. —¿Quién?, Cambio— exigió una respuesta.

—Jeonseong y ChaeRin, los implicados son Jeonseong y ChaeRin, cambio— Minju dijo.

—En tú casa, en veinte— y sin más la pelicastaña colgó.

Minju y Lena se quedaron en completo silencio aun sin saber cómo procesar la noticia.

Está sería una noche muy larga.