PRÓLOGO

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Déjenme contarles una historia.

Desde que era un niño tenía un sueño, todos tenemos uno, pero el mío era diferente que el de los demás, yo no quería estár viviendo en estás murallas, éramos cómo animales encarcelados en jaulas, quería descubrir lo que había detrás de los muros, salir de esta rejas, ser alguien libre.

El problema de ésto eran esas malditas cosas, Titanes de diferentes metros que se comían a las personas, nadie conocía de dónde eran o quién los había creado, solo se sabía que ésas cosas sólo comían humanos y no a otro ser vivo.

Pará combatir al enemigo del humano se creo una tropa, mejor conocida como la legión de reconocimiento, personas que daban sus vidas para matar a los titánes, con un equipo especializado pará acabarlos.

Cuchillas de un gran filo y un equipo de maniobras tridimensional, eran las únicas cosas que podían matarlos, la razón? Bueno, la forma de matarlos, era cortándoles la nuca.

Sin embargo, ésto era difícil de hacer, y en cada expedición que se hacía afuera de las murallas, las personas que salían casi nunca regresaban enteras, pocos sobrevivían y eso fue un golpe muy duro para la humanidad.

La gente dejo de créer en ellos y se concentro en vivir una vida pacífica dentro de las murallas, pero, todo eso cambió con la llegada de un nuevo titán.

Un titán que rebasaba por algunos metros la muralla había aparecido, destruyó la entrada del muro María y permitió que los Titanes entrarán a lo que las personas conocían como hogar.

Tuvimos que tomar algunos barcos para irnos de la muralla María hacia la Muralla Rose, mucha gente no pudo sobrevivir, ya que los Titanes los habían atrapado, entre ellos, mi madre, quién fue aplastada por una roca junto con mi casa, trate de sacarlas de los escombros, pero no pude.

Me tuvieron que llevar a la fuerza, no tenía planeado dejar morir a mi madre, trate de regresar a ayudarla, pero un maldito titán se la devoró frente a mis ojos, sin que yo pudiera hacer algo.

Desde ese día, me juré matar a cada titán de la tierra, así que esperé, esperé y esperé, hasta que por fin tenía la edad suficiente para enlistar me al ejército.

Pasé un año de puros entrenamientos, aprendí a utilizar el equipo de maniobras tridimensional y me convertí en uno de los mejores en el campamento.

El día en que me iba a unir a la tropa de reconocimiento, el regreso, el titán colosal nuevamente apareció, y una vez más, destruyó la muralla.

Me lance a combatirlo, mi enojo y mi desesperación de perder otra vez con ese maldito me impulso a matarlo, pero, cuando estaba apunto de matarlo, este desapareció, como si nunca hubiera estado.

Nuevamente, las personas de las murallas tuvieron que evacuar, los recién graduados como yo, nos asignaron la misión de evitar que los Titanes siguieran avanzando.

Mi escuadrón y yo fuimos unos de los encargados de matar a ésos miserables, pero, cuando avanzamos pará acabarlos, todo mi equipo fué asesinado, mi amigo Armin fue el único que sobrevivió, pero a cambio, tuve que dar mi vida.

Pero entonces, me convertí en un titán, no podía controlar lo, los impulsos de matar a los Titanes era lo único que evitaba que atacará a los humanos.

Cuando volví hacer un humano, no podía recordar lo que había pasado, tuve que ser juzgado por uno de los capitanes de la tropa de guarnición, Kitz Weilman, estaban apunto de matarme junto a mis amigos, pero pude salvar los, transformando me en un titán.

Fui salvado por el comandante Dot Pixis, pero a cambio, tenía que convertirme en un titán para sellar el muro con una roca gigante, tuve que hacerlo, aunque cuando me transforme, nuevamente perdí el control.

Desde Que Te VíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora