Prefacio:
"Me vi ahogada en un lago, perdida en un desierto, cayendo en un abismo. Me vi atrapada en una jaula, asustada en la constante oscuridad. Me vi buscando la salida a los tormentos, intentando encontrar el camino correcto entre el remordimiento y el engaño. Me perdí entre las tinieblas, desaparecí entre los murmullos, las voces, los gritos. Escape de las garras del espanto, me escabullí entre las alas del pánico. Corrí por las riendas del peligro, cayendo en brazos del miedo. Me vi asfixiada por las palabras, engañada por las esperanzas, ilusionada por las mentiras. Me vi traicionada por la impaciencia, enferma por la agonía. Me desvanecí, perdida en los recuerdos, los pensamientos, los sentimientos. Fui invisible ante las miradas, fui presa del enojo.Me tropecé y nadie se inmuto.
Caí y nadie me atrapo."17 años antes...
Bedford, Nueva york.
Una pareja acababa de recibir un bebe. Los Brown. Acababa de nacer, ambos estaban claramente convencidos de que era la criatura más hermosa en la faz de la tierra. Sus ojos miel claros tan claros que se podían clasificar amarillos resaltaban en contraste de su rostro, haciéndola lucir aun más hermosa. Una adorable niña.
-Hola Jade- le saludo su madre con una sonrisa mientras la sostenía en sus brazos cuidadosamente-Es hermosa-susurro.
-Saco los ojos de su madre- dijo el padre sonriendo.
-Felicidades Mary- dijo el doctor.-Esta completamente sana, a pesar de las dificultades en el embarazo. -Ambos padres sonrieron mientras la miraban con anhelación. Era su hija, su mundo, su luz. Ahora que la tenían en brazos después de 9 largos meses de espera llenos de altos y bajos, por fin la tenían con ellos. El padre la miraba con admiración.
Nada ni nadie los separarían de ella. O por lo menos, eso creían.
Kilómetros al suroeste, pasaba algo totalmente diferente.
Manhattan, Nueva York.
Una pareja miraban preocupados al doctor. Expectantes a su respuesta, que podría aliviarlos, o de lo contrario destruirles todo lo que les quedaba de esperanzas.
-Lo lamentamos señor y señora Sanders. El bebe perdió demasiado oxigeno al nacer...Lamentablemente no sobrevivió, el cerebro al no recibir el oxigeno...- antes de que pudiera terminar, la madre se echo a llorar.
-¿no sobrevivió?- repitió ella, sin creerse lo que le acababan de decir. A lo que el doctor negó con la cabeza.-Roger- le dijo a su esposo-Esto es culpa de los Brown...-
-Cariño ya hemos hablado de esto, ellos no tienen la culpa de...-
-¡No!- interrumpió ella-Por la culpa el no sobrevivió, ahora pagaran el mismo sufrimiento que nos han hecho pasar-
-Kattia, es mejor que descanses-le sugirió el doctor, pero ella lo ignoro.
-Roger, en un mes nos vamos a Bedford. Esos dos la pagaran, y no descansare hasta que lo hagan.-
Actualidad
"Y entonces llegamos a la conclusión de que, la protagonista del libro estaba en una guerra consigo misma, con un algo desconocido carcomiéndole el alma por dentro."
-¡Termine!- dije soltando el lapicero victoriosa mientras me aplaudía a mí misma. Me había tardado 2 completas horas hacer una reseña del libro de nos mandaron en la clase de literatura. Estaba alegre porque; Uno, era uno de mis libros favoritos y Dos, era una de las primeras tareas que hacía en el año. Me sentía orgullosa.
-¡Jade a cenar!- escuche a mi madre desde el piso de abajo.
-¡voy!- grite. Un rato después me encontraba sentada en la mesa del comedor junto a mi madre, o cual me extraño. Faltaba mi padre y mis otros tres hermanos.
-¿Y los demás?- dije mientras empezaba a comer. Fingí una sonrisa ante el horrible sabor de la comida. Odiaba cuando mama cocinaba.
-Tu padre está en Manhattan...-
-¿Otra vez?
-Sabes que tiene que ir allí frecuentemente. Jack y Amelie están en la casa de alguno de sus amigos y Taylor debe de estar en la biblioteca- se encogió de hombros. Jack, Amelie y Taylor eran tres trillizos. Jack y Amelie eran completamente sociables, hasta estaban en el mismo grupo, pero Taylor sin embargo era el antónimo de los dos. Los tres tenían 20, y los tres seguían viviendo en casa de mis padres. Y luego estaba yo, de 17 años recién cumplidos hace unos días. Asenti y seguí comiendo.
-la directora me volvió a llamar- dijo ella con el ceño fruncido.
-¿Qué? ¿Por qué?-
-¿Hacer grafiti Jade? ¿Por quinta vez?-
-En mi defensa, era una urgencia.-
-según lo que me dijo habías puesto insultos contra un pobre chico-
-El se lo busco- El otro día tenia a Adam Williams molestándome porque decía que tenía unos ojos de gato y que parecía poseída, por lo que yo le puse grafiti a su casillero poniendo que era gay y que necesitaba ayuda para salir del closet.
-¿Otra vez con el rollo de los ojos?-
-mama, ya te he dicho que me compres lentes de contacto, los odio- Odiaba mis ojos. Quería tener unos marrones, o verdes, pero el color que tenía era tan extraño que, en vez de alegrarme de que fuera original, me hacía parecer un bicho raro-Por cierto, ¿a quién los saque? No he visto a nadie de la familia con ese color- sentí como ella se ponía tensa.
-Sera algún pariente lejano- dijo bajando la voz. Los ojos de mi madre, Kattia, eran de un marrón oscuro casi negro, al igual que la mayoría de familia. Al crecer yo había tenido bastantes problemas e incomodidades, no solo por ser la menor, si no que mi madre al igual que mis hermanos tenía el pelo castaño oscuro, si no es negro. Ojos marrones y piel bronceada. Sin embargo yo, tenía los ojos prácticamente amarillos, el pelo de un castaño claro con mechones rubios (aunque pareciera pelirrojo) y piel pálida, muy pálida. No me parecía en absoluto a mi familia. Eso hacía que creciera mi hipótesis de "bicho raro"
Esa noche fue una de las más extrañas de mi vida. Al terminar de cenar y dirigirme a mi cuarto, no pare de escuchar los gritos de mi madre al teléfono durante toda la noche. Algunas veces lucia preocupada, otras molesta, y otras susurraba las cosas como si temiera que alguien la escuchara. En ese caso: yo.
Después de esa le siguieron muchísimas más. Ella gritaría por el teléfono durante toda la noche o todo el día, corriendo de aquí para allá, y amanecería la siguiente mañana con ojeras en los ojos. Ignoraba las veces que le preguntaba a que se debía tanto griterío. Mi padre iba y volvía de Manhattan, y mis hermanos salían tanto que solo tenía oportunidad de verlos (con suerte) en la mañana temprano, cuando se preparaban para ir a la universidad.
Estuve alerta a que algo malo estaba pasando todo el tiempo, pero mis sospechas fueron confirmadas al quinto día, donde Kattia (mi madre) se apareció en mi habitación diciéndome que se iba a Quebec, Canadá, durante tres días por motivos de trabajo y que los tíos vendrían a quedarse con nosotros.
Sin embargo, ella no volvió si no hasta tres semanas después.
Se puede decir que ahí comenzó todo. Sucedieron miles de hechos mas, hechos que ni yo me imaginaria que iba a vivir, verdades que ni sabía que iba a descubrir. Me arrepentí tanto de no haberme dado cuenta antes.
Lo único que sabía con certeza: Ya nada sería igual.

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Yellow Eyes
Mystery / ThrillerSiempre le habían dicho que sus ojos tenían algo en especial, ella nunca supo porque. Siempre le habían dicho que la gente nunca era lo que parecía, y ella no supo porque. Siempre la habían llenado de mentiras, y ella no supo descubrirlas. Siemp...