Felix y Bang Chan han sido vecinos por seis años, solo han cruzado palabra dos veces.
La primera vez fue cuando Bang Chan se mudo y la familia de este fue a presentarse con sus ahora nuevos vecinos. La familia Bang.
La segunda fue cuando Bang Chan d...
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―¡Lixie, ven a desayunar hijo!
Felix se sentó en su cama, mientras tallaba sus ojitos con su manos. Sintió el rico aroma del desayuno que su papá Jin preparaba para él. Se apresuro a cepillar sus dientes, usualmente se arreglaría más pero el hambre le gano.
―¿Ya estas despierto hijo? ―escucho la voz de su papá Minho llamándolo desde las escaleras.
―¡Ahorita bajo! ―respondió abriendo la puerta. Aunque medio lavo su cara, el sueño no se iba, seguía tallando sus ojos mientras bajaba las escaleras a paso lento. Ni se había arreglado el pelo o quitado su pijama de conejitos, si fuera por él, la usaría todo el tiempo, es muy suavecita.
Cuando llego al comedor seguía con la cabeza gacha del sueño, es muy dormilón. Pero apenas levanto la vista para saludar a sus padres, se quedo mudo.
―Buenos días Felixie-ssi ―Le saludo su vecino.
No podía pensar en nada más que acaba de levantarse, de seguro tenia aún la cara hinchada, su pelo todo revuelto y su pijama de conejitos aún puesta, su vecino lo estaba viendo ahora, en esa condición.
¡¿Por qué a mi?!
―Bu-ueno-os di-ias ―Su cara estaba roja a más no poder. En este momento amaba que Bang Chan siempre tuviera el rostro neutro, y no se riera de su apariencia.
―Bang Chan dijo que venia a hablar contigo lo del viaje y los cuidados, pero como aún no te despertabas lo invitamos a desayunar ―le hablo su papá Jin―, aprende a Bang Chan, él madruga.
Felix en serio se esta planteando la idea de madrugar más, si puede evitar este tipo de situaciones vergonzosas lo hará con gusto.
Después de un desayuno donde prácticamente permaneció callado ya que no podía con la pena, y sus padres hablaron de algunas cosas sobre alguno que otro cuidado que necesitaría mientras no estuvieras, lo cuales fueron muy vergonzosos.
―Felix tiene una piel muy suave así que para mantenerla tiene que aplicarse lociones cada día ―tierra, trágame―, acuérdaselo cada día, y en especial en su traserito, es muy suavecito.
¡ALGUIEN MATEME YA!
Se preguntaba como Bang Chan seguía serio ante todo eso, cualquiera se hubiera reído a carcajadas de la situación.
Bueno, Bang Chan no parecía como cualquier otra persona.
Ahora se dirigían al cuarto del menor, agradecía a todos los santos ser ordenado, ya tuvo suficiente vergüenzas por este día.
―Pase Bang Chan-ssi ―Se hizo a un lado para que el mayor entrara, este lo hizo y lo siguió.
Bang Chan observaba el cuarto del menor con algo de curiosidad, tenia muchos peluches.
Le tendió una silla frente a la cama para que este se sentara, mientras Felix tomo asiento en su suave cama.
―Yo... ―hablaron al unísono, por alguna razón esa acción los avergonzó haciendo que ambos se sonrojaran levemente.
―Habla tu primero Bang Chan-ssi.
―Y-yo, mis padres dijeron muchas cosas algo incomodas, lo siento por ello ―El mayor ladeó un poco su cabeza, haciendo según Felix, que se viera como un cachorrito.
―No te preocupes, son tus padres, solo se aseguraban que quién va a cuidar a su bebé este bien informado.
―Pero no soy un bebé ―Puchereo.
―Ese tierno puchero dice lo contrario ―Susurró el mayor, Felix no alcanzo a escucharlo.
―¿Usted que quería decir Bang Chan-ssi?
―Cierto, como tus padres ya me dijeron algunas cosas que tengo que recordarte, solo nos queda establecer tu horario de clases, o si haces alguna actividad donde tendría que ir por ti.
―Tenemos el mismo horario ¿Cierto? ―el mayor respondió con un asentimiento, estaban en el mismo colegio, no era el mismo grado pero los horarios eran igual no importa el año―. Aún quedan dos semanas para entrar a clases así que no estoy en ningún club, así que por ahora nada que avisar capitán ―Jugueteo un poco, se comenzaba a sentir más cómodo con el mayor.
―Entendido, si algo pasa me avisas, ¿No tienes licencia, verdad?
Negó con su cabecita mientras abrazaba a su gran peluche de RJ que su papá Jin le había regalado―.Según Jeongin hyung, si conduzco podría ser un peligro para la sociedad.
―¿Tan malo eres? ―Bang Chan recuerda un día que el señor Minho se llevo a Felix a practicar su manejo, pero nunca supo el resultado de esas clases.
―Casi atravieso el pasillo de chucherías del mercado, ¡Pero el de cosméticos lo deje intacto!
Nota mental: nunca dejar que él maneje.
―Si necesitas ir a algún lugar yo te llevaré, así evitamos que pase algo malo ―Bang Chan quería al escuchar esa anécdota del menor, pero no lo hizo, por la costumbre.
―Solo necesito más clases, usted podría enseñarme Bang Chan-ssi ―Sonrió el menor para convencer al mayor.
Mientras Bang Chan se debatía si enseñarle arriesgaría sus vidas o la de los demás.
―Después veremos eso Felix-ssi, por cierto, llámame hyung.
El menor se sonrojo ligeramente, nunca creyó ser tan cercado a su vecino, hasta el punto de poder llamarlo hyung y por ende, el mayor dejaría de hablarle formalmente.
―Esta bi-ien, hy-yung.
―Felix-ah ―Minho se asomó a su cuarto―,aquí esta tu loción para tu traserito hijo.
―¡Papá!
¡ME VENGARÉ DE ESTO!
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