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Ya habían pasado dos meses en los cuales Jungkook no tuvo amigos en la escuela, no hablaba con nadie, nadie le hablaba y para muchos él era "Él rarito de la escuela".

Pero, quién no pensaría eso?

Un chico que no hablaba, ni contestaba las preguntas que los profesores le hacían sobre las clases, pero siempre sacaba un 10 en sus trabajos.

Un chico que ni siquiera separaba un segundo la vista de su cuaderno, el piso y sus pies. Que vestía de negro con una ropa vieja, ya muy desgastada.

Claro que todos pensarían eso.

Y así se hicieron seis meses.
Seis meses muy difíciles para una persona como Jeon Jungkook.

Pero seis meses muy llenos de ansiedad para otra persona que queria saber mas sobre él.

[...]

Era día domingo y Jungkook estaba en su cuarto.

Estaba tomándose unas pastillas para su dolor de cabeza mientras miraba aquella cuna vacía que se encontraba en una esquina, la miraba tanto tiempo a cada momento, se quedó ido, que no se dio cuenta cuando su madre abrió la puerta de su habitación y entró.

Cuando se dio cuenta su madre le estaba tocando la cabeza y sus brazos tan histéricamente.

__ Ten, tomate esto, esto, y esto.

Hablaba mientras pasaba más botes de pastillas.

__ Mamá...

__ Estas enfermo, tengo que curarte!

__ Mamá estoy bien ¿ves? Estoy bien

__ No, no lo estas! No lo estás!!

La mamá de Jungkook cada vez se ponía más histérica.

Jungkook tomó su brazo y sobo este.

__ Hey! Esta bien, todo está bien... todo está en orden.

Ella se tranquilizó un poco, luego volteo a ver aquella cuna vacía, La cuna que Jungkook miraba siempre al despertarse y a la hora de dormir.

Camino rápidamente hacia la esquina de la habitacion de Jungkook donde se encontraba aquella cuna llena de peluches para bebes.

__ Mi bebé, mi hermoso y pequeño bebé.

Decía aquella mujer, mientras sacaba un bulto de mantas de la cuna, empezando así a mecerse sobre sus pies cantando una canción mientras movía sus brazos de un lado a otro.

Jungkook sólo se quedó viendo a su madre y a su "bebé".

Se puso de pie y salió de la habitación para dirigirse a la cocina. Estando ahí se escuchó el sonido de la puerta siendo abierta.

Vio a su padre entrar furioso, hizo una reverencia y luego retrocedió tres pasos para irse de ahí pero de nada sirvió, porqué el primer golpe cayó, sabiendo así que venían muchos más.

Queria que alguien lo salvara, que alguien lo ayudara... que alguien lo amara verdaderamente y con mucha intensidad.

Pero... quien lo haria?

Voy Hacia Ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora