[Capítulo 1]

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POV T/N

-¿Se puede saber donde has dejado tus malditas llaves T/N ? - me pregunté a mi misma.

Rebusqué por toda mi casa, en mi habitación, la cocina e incluso entre los sofás, pero nada no estaban.

Suspiré intentando no enfadarme - Bien, tranquilízate, no puede ser tan difícil.

Seguí buscando como una loca las malditas llaves hasta que me di por vencida -Genial, no puedo ir a trabajar, estupendo - me tiré al sofá, pero al dejarme caer me hice un daño insoportable en la nuca, como si me hubieran arañado.

Me giré esperando encontrarme con alguna criatura terrorífica que se escondía en el sofá, pero solo escuché un tintineo. Me volví a girar aterrorizada, pero solo seguía escuchando ese maldito sonido.

Me levanté -Espera... No será que... - empecé a dar saltos dando vueltas, y efectivamente, se escuchaba el mismo sonido.

-No me jodas- me retorcí sobre mi chaqueta hasta dar con el gorro de esta, mis llaves estaban ahí.

Les pegué una patada en cuanto las tuve en mis manos - Indignante, sencillamente indignante-

Las volví a recoger - Malditas- abrí la puerta de la calle y las eché en mi bolso - ¡Quietecitas eh! - las señalé antes de cerrar mi bolso.

Al alzar mi mirada, medio barrio me estaba mirando. Genial, ahora piensan que hablo con objetos sin vida, el día está siendo maravilloso.

Me subí al coche, como no, no sin antes darme en la cabeza al entrar en él. Mi paciencia se estaba agotando. Conduje hasta mis oficinas, sacandole el dedo a varios conductores por pitarme en el camino. Aparqué y subí a toda prisa por las escaleras de la entrada. Corrí por toda la recepción llamando la atención de mas gente de la que me gustaría, pero esa era mi esencia. Fundí mi dedo en el número de mi planta en el ascensor hasta que las puertas se cerraron. Me miré en el espejo para comprobar si iba decente para entrar al trabajo, todo estaba bien, menos la maldita vestimenta de la compañía, era demasiado elegante. ¿Sabrán los dueños de esto que el chándal existe?

Dejé salir un largo suspiro mientras las puertas se abrían, intentando relajarme lo suficiente como para no mandar a la mierda a toda la planta.

-Buenos días- saludé en general a toda la planta, con una falsa sonrisa.

Imbéciles creídos - gruñí en mi cabeza

Karen has visto mi nuevo reloj?

¡Es precioso!

¿A que si? Solo me ha costado medio riñón y medio, merece muchísimo la pena

Me inventé una conversación falsa pero típica de ellas en mi cabeza, eran patéticas. ¿Gastarse tanto dinero por simplemente medio píxel de palabra en la esquina de la camiseta? Ni loca

-Ey T/N- me llamó Ieiri desde la otra punta de la oficina.

Prácticamente corrí hacia ella- Buenas - me senté a su lado.

-¡Has llegado muy tarde! - Parecía alterada, algo raro en ella.

-Siempre llego tarde ¿Qué pasa hoy? - me crucé de brazos, sentada de cualquier manera.

-¡Vamos a conocerle! - gritó en susurros, histérica

-¿Tom Holland está aquí? - pregunté incrédula.

Ieiri me dio una colleja -¡Claro que no imbécil! ¡Vamos a conocer al jefe! - a Ieiri parecía estar dándole un bajón de azúcar.

-Jo- hice puchero, me había ilusionado.

Obsesión | Nanami Kento × T/N | +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora