Capitulo 1

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Cajas.. las odiaba! definitivamente esa era la peor parte de una mudanza, hace apenas 2 días que llegue a Nuevo Orleans, es un lindo lugar, me gusta, la verdad es que tiene cierto misterio. Aunque no estaría aquí si no fuera por el Sr Nicolas Prior, mi padre aunque no es mi verdadero padre para mi es como si lo fuera, cuando tenia solo 3 días de nacida mi madre decidido dejarme en la puerta de una iglesia nunca super si fue por necesidad, porque pensó que así yo tendría una vida mejor o fue simplemente porque pensaba que yo era un estorbo. Las monjas de la iglesia me cuidaron por un tiempo y me habría quedado ahí, pero la iglesia apenas y salía adelante; al parecer no era la única que había sido abandonada ya que la iglesia apenas podía alimentar a los huérfanos que tenia y no había lugar para una nueva y ahí es cuando entra el Sr Nicolas, el era el mayor benefactor de la iglesia, es la persona mas generosa que conozco en todo este mundo! tanto que decidió hacerse cargo de una recién nacida sin ningún interés, su plan al principio era cuidarme hasta que encontraran unos padres para mi, pero dice que después de pasar unos segundos conmigo no pudo dejarme ir, nunca me oculto la verdad de mi origen, pero cuando estaba triste el me recordaba el porque me había llamado victoria - es un nombre digno de una princesa - decía el, recuerdo perfectamente sus palabras.

- Cundo mire esos ojitos cafés tuyos por primera vez, lo super, tenia conmigo a una verdadera guerrera. No se cuando ni como pero tu algún día harás cosas extraordinarias en este mundo, lo sentí en cuanto te sostuve en mis brazos por primera vez. Tu mi pequeña Victoria estas destinada a hacer algo muy importante y yo haré cuanto este en mis manos para ayudarte mientras me necesites. Tendrás que ser muy valiente mi pequeña, porque el mundo es cruel con personas como tu - dijo el con un tono muy serio - extraordinarias. 

Solo tenia 10 años cuando me lo dijo, pero, nunca he olvidado sus palabras; es como si las hubieran tatuado en alguna parte de mi cerebro para no olvidarlas.

El Sr Nicolas era una persona muy influyente y no fue difícil conseguirme un lugar donde vivir cuando le dije que era hora de seguir por mi cuenta y aunque insistí en que yo sola podía encargarme de todo fue inútil

- No es necesario que me busques un lugar donde vivir yo me encargare de todo llevo ahorrando bastante tiempo puedo pagarme un buen departamento en la ciudad - dije ya algo irritada, llevábamos días discutiendo el tema y parece que no había logrado convencer ni un poco a papa.

- Dije que no - dijo el con voz irritada - que hay de malo que quiera que tu y ángel vivan en una buena casa cuando ya no estén a mi cuidado. - dijo esas ultimas palabras con tristeza. Parecía bastante cansado; podía ver los enormes círculos negros que había alrededor de sus ojos grises. No había dormido mucho los últimos días, llegaba tarde de la empresa y casi no estaba en casa; sabia que era porque tenia un gran negocio con Corea del Norte y tenia que quedarse hasta tarde verificando que todo estuviera en perfecto orden, pero no podía evitar pensar que también era porque estaba preocupado por mi y algo triste porque había decidido irme; y aunque me rompía el corazón dejarlo solo después de todo lo que el había hecho por mi, era algo que necesitaba hacer.

- Oye, que ya no este en casa no significa que no volveremos a vernos; vendré a visitarte tanto como sea posible y hablaremos todos los días por teléfono - dijo con la voz mas dulce que pude - sabes que te amo papa y aunque no fuiste quien me dio la vida, definitivamente me enseñaste a vivirla. - Apenas termine de hablar y se lanzo a abrazarme con los ojos llenos de lagrimas

- Lo siento mucho hija, pero es que eres todo lo que este viejo tiene - sentí un dolor agudo en mi pecho mientras mi corazón se partía en pedazos; mi padre no era viejo tenia solo 43 años era un hombre bien parecido muy amable y cariñoso con ojos grises y piel blanca, con el cabello castaño y con unas cuantas canas. -  sabia que no ibas a estar conmigo por siempre pero nunca pensé que ese día llegaría tan rápido apenas cumpliste 20 años y siento que apenas fue ayer cuando aun gritabas para que te tomara de la mano cuando tenias pesadillas. - dijo entre sollozos.

- Lose papa - dije antes de que se me rompiera la voz - Pero sabes que tengo que hacerlo, no? - tenia los ojos empapados en lagrimas y no veía bien su cara por culpa del agua en mis ojos. - Podrás perdonarme? - dije limpiando las lagrimas de mis ojos para ver su expresión.

-No tengo que perdonarte nada - me dijo - eres la mejor hija que un padre puede desear y si sientes que esto es lo que tienes que hacer yo te apoyo. Estoy orgulloso de ti mi pequeña guerrera, se valiente.

Eso fue lo ultimo que me dijo antes de mudarme a la nueva casa o mas bien mansión que compro porque como era de esperarse yo termine cediendo para que así el pudiera estar un poco mas tranquilo, pero, por ahora yo solo podía pensar en una sola cosa "se valiente” era lo único en lo que pensaba desde que llegue aquí.

Algo suave provoco que me levantara de mi pequeña siesta y la verdad es que no quería despertar; pero abrí los ojos de golpe cuando sentí un lengüetazo en la cara y vi a ángel, mi lobo, sentado a un lado mío viéndome con ojos de desaprobación demasiado extraño para ser un lobo.

- Que pasa amigo tienes hambre? - el asintió con la cabeza y después se dejo caer bajo mis pies. Ya lo se un lobo de mascota esto no podría ser mas raro, pero ángel y yo prácticamente vinimos en el mismo paquete; a los pocos días de que el Sr Nicolas me adoptara ángel apareció en la mansión, era solo un cachorro con solo unas semanas y se las arreglo para entrar a la casa y no permitió que nadie que no fuera Papa se acercara a mi cuna, estaban apunto de echarlo cuando se dieron cuenta de que tenia el mismo collar que yo, una media luna de oro blanco y en centro tenia una galaxia azul en forma de un circulo pequeño. Era bastante extraño ambos lo teníamos en el cuello y esa fue la razón por la no lo echaron de casa; lo llamaron ángel porque dicen que es mi ángel guardián que posiblemente mama lo dejo en la puerta de la iglesia conmigo para que me mantuviera a salvo pero que me perdió de vista cuando me tuvieron en la iglesia y me encontró de nuevo cuando el Sr Nicolas me llevo a vivir con el; o por lo menos es lo que mi padre piensa. - Apuesto que si he! - le decía mientras le rascaba la panza.

Me levante y saque un bistec fresco de la nevera esos le encantaban lo puse en su plato y se lo di, mientras comía lo observe valla que era hermoso, estaba enorme olvide cuanto había crecido; me llegaba un poco mas abajo de los hombros, tenia el cabello gris con blanco en el pecho y en la parte de abajo de las patas, los ojos color verde pálido con amarillo brillante en las orillas y un poco en el centro. Era un poco extraño que un lobo pudiera tener tantos años de vida y que fuera tan grande, incluso el veterinario de ángel el Dr Home dijo que era un milagro, pero yo agradecida a dios por ese milagro. Angel era mi mejor amigo, mi protector y mi compañero y no importaba como había llegado a mi vida lo importante es que ahora el estaba aquí conmigo. “El lobo es el mejor amigo del hombre” era un chiste privado entre papa y yo cuando las personas decían que el perro es el mejor amigo del hombre.

Aveces cuando estaba con ángel era como estar con una persona, como si comprendiera todo lo que yo le decía como si el pudiera entenderme y que en cualquier momento el fuera a responderme. - Valla esto no podría ser mas extraño necesito amigos humanos urgentemente antes de que sea muy tarde y termine en un manicomio - dije riendo para mi, aunque muy en el fondo me preocupaba que tuviera razón.

Don't let me go - Niklaus MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora