Mary

Capítulo 2

Terminé mi solicitud del modo más presentable posible. No era lo mejor que pude haber hecho, pero con suerte sería entrevistada por algún booker, y estaba segura que no había nada que mis encantos y mis atributos no pudieran conseguir.

Me puse mis mejores lentes de sol, tomé mi bolso en una mano, y, con mucho cuidado, la solicitud en la otra mano, y salí a la avenida para tomar el subterráneo que me llevaría a las oficinas de Priché Vuitton. Afortunadamente, llegaba sólo lo suficientemente cerca para estar a tiempo en mi entrevista, pero no tanto como para que se me viera bajar de él. 

No veía el momento de viajar en un auto propio, con mi chófer personal, y cada segundo que pasaba en el subterráneo sólo alimentaba ese deseo. No era muy placentero viajar en medio de tanta multitud, y con tanto contacto físico con la gente, ni mucho menos las largas esperas para subir al vagón, o los tramos infinitos que había que caminar en cada estación. Y ni hablar de uno que otro señor ya grande, calvo, que siempre, siempre se me quedaba viendo y me decía "psst, psst, adiós, bonita". 

Me imaginaba tanto, entre todo esto, esperando mi propio auto de lujo, al alcance de prácticamente sólo un chasquido. Sólo para ver a mi chófer girar la esquina en él llegando por mi. Para detenerse frente a mi, bajarse, abrirme la puerta…

Un timbre interrumpió mi fantasía, y me percaté de que habíamos llegado ya a mi parada. Descendí del vagón luchando contra el gentío, sacudí un poco mi ropa, y tomé las escaleras para salir de la estación.