Naruto: Él prodigio Namikaze

Capitulo 20: El regreso de un Héroe

Dos años después

El sonido de pasos resonó a través del bosque vacío mientras una figura solitaria cubierta de sombras caminaba a paso constante. Aunque su cuerpo estaba envuelto en las sombras, sus ojos podían ver claramente. Sus ojos violetas parpadearon por todas partes antes de fijarse en un edificio que estaba frente a él.

Apenas estaba de pie y parecía ser una especie de antiguo santuario. El frente estaba medio elevado mientras que el resto se había derrumbado al suelo con uno de los pilares rojos roto en el medio. El resto del edificio estaba agrietado y tenía musgo creciendo por todas partes.

Sin embargo, la característica más llamativa fueron los numerosos símbolos de Uzumaki que lo decoraron. Se preguntó cómo su madre nunca había sabido acerca de este santuario, pero invitó a que, dado que estaba a algunas millas de la aldea de la Hoja y con la destrucción de Uzu, él huésped debió pensado haber que ya no existía, si sabía que existía en el primer momento. lugar.

Lentamente, subió los escalones en ruinas del antiguo santuario y entró en el salón principal, donde se detuvo y miró la pared gigante frente a él. En la parte superior de la pared había tres espirales Uzumaki en forma de triángulo.

Debajo de los símbolos había tres filas de máscaras, cada una con nueve máscaras que se parecían al shinigami que colgaba allí. Debajo de ellos había un pozo de fuego negro que parpadeaba salvajemente.

Se preguntó cuánto tiempo llevaba ardiendo ese fuego.

Luego cerró los ojos y sintió en las máscaras cualquier residuo de chakra. Sus ojos parpadearon debajo de sus párpados antes de que sus ojos se abrieran de golpe y sus pupilas violetas se concentraran en la máscara de shinigami que estaba en la segunda fila y la sexta máscara de izquierda a derecha.

Al no poder levantar debido al fuego negro, las figuras desenvainaron una espada que estaba atada a su espalda y usaron la espada para derribarla de la pared antes de lograr, con gran habilidad, equilibrar la máscara en la punta de su espada. .

Una vez en sus manos, volvió a enfundar su espada y miró la máscara. Se veía un poco aterrador y se preguntaba si así era como se ve realmente el shinigami. Los dientes largos lo hacían parecer una especie de bestia o demonio.

"Un poder como este no debe dejarse a la vista de esta manera. En las manos equivocadas, esto podría usar para conquistar pueblos y países enteros. Tengo que asegurarme de que esta máscara permanezca cerrada con llave".

"Rezo para que nunca tenga que usar esta máscara y sus habilidades". Murmuró antes de sellar la máscara en un pergamino de almacenamiento de repuesto que tenía antes de sellar ese pergamino en un sello en su muñeca.

Mirando a su alrededor, sintió la historia de su antiguo clan en esta habitación y se preguntó qué le habría pasado si Uzu todavía estaba con ellos hoy.

Echando un último vistazo a la habitación, dio la espalda y salió del edificio. Una vez afuera, miró hacia el antiguo santuario e hizo algunas señales con las manos antes de golpear el suelo con la mano.

Alrededor del área, nuevos árboles comenzaron a crecer fuera de la tierra y crearon una nueva cubierta y una pared densa alrededor del santuario, ocultándolo completamente de la vista.

Sonriendo por su trabajo, luego corrió hacia el árbol y se paró en una de las ramas superiores. A poca distancia, en la distancia, podía ver la luz y los edificios estaban al lado de una montaña de aspecto familiar con la que había crecido.

"A casa", dijo antes de correr por las copas de los árboles. Aunque antes de que pudiera acercarse mucho más se de tuvo cuando sintió una firma de chakra familiar que no había sentido en tres años.