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Hay diez patrullas con las sirenas encendidas, un helicóptero en el aire y Hebe casi que juraba habían más de nueve cámaras encendidas. "La novia en Fuga", como fue llamada, tuvo que salir del auto con las manos sobre la cabeza y las mejillas a punto de explotar de la vergüenza.

¿Qué diablos?
¿Qué había hecho?

Hasta donde Hebe creía, estaba libre de asuntos con el caso O'Kelly. Confesó y dejó todo en orden, pero esto parecía, al tener la cara contra la capota, la persecución contra O. J. Simpson.

Se asustó ¿De acuerdo? Sí, ella aceleró empezando a huir sin razón aparente. Hasta que minutos vergonzosamente rápidos la acorralaron entre la 94 y 70.

Y era sólo Hebe con un poco de calzones viejos y un queque de chocolate que si. Presionó a la pobre señora de la panadería para que le rebajará el precio porque estaba muy caro y Hebe planeaba comprar rodajas de pasteles distintos para hacer su propio pastel de frutas sin cortes, pero ¿quién carajos no hacía eso?

Esa perra. Hebe casi escupió el nombre de la señora contra el suelo, por mala y rencorosa, maldita sea, "¡Si le pagué lo que ella dijo!" "Y sólo diré que el cupcake no tengo idea de dónde salió"

Anciana rencorosa. Dios, Hebe ¿Por qué robaste ese cupcake?

Con las mejillas ardiendo bajó la cabeza, como un perro cuando roba comida. Infiernos. Ahora esto saldrá en televisión nacional y Hebe quedaría expuesta como la tipa que sobrevivió a todo y salió a agredir a una pobre anciana por venderle el queque al mismo precio.

— ¡No te muevas! — Grita un oficial mientras un grupo de patrullas se unieron a las estacionadas pareciendo una caravana. Aparcando detrás del vehículo de Hebe, imposibilitando poder ver.

Una puerta se abrió y se cerró.

Hebe no quiso mirar a quién sea que esté a cargo, pero casi que podía ver el número de años que la condenaría en prisión.

— Hebe Martínez Ramírez

— Si

— Escapaste de un hospital

— Si

— Y paraste en una panadería después

¡Mierda!

Hebe casi que se reclamaba lo mismo por haberlo hecho. Estaba a punto de tirarse al suelo con las manos sobre la cabeza, o abrirse de piernas, ni idea con lo que va primero.

Más importante aún, rogaría sin piedad para acabar con esta escena cuando un brazo pesado y fuerte tomó su cintura y la balanceó hacia atrás.

— Por favor, vuelve, Hebe

— Soy inocente... — Voltea, reconociendo a duras penas la ronca voz.

Thompson estaba abrazando su cuerpo en su espalda, con su metro ochenta y cinco tapando los rayos del sol. Sus preciosos ojos preocupados y llorosos, su rostro y mandíbula tensa. Hebe un poco podría reflejarse en él con la misma angustia, deseando ser amada de vuelta para que todo fuera correcto.

Quería tanto un abrazo lleno de amor de él, no obstante, antes de que se derrumbara en lágrimas por la atracción invisible hacia su policía héroe cretino favorito. Hebe dio un paso al frente, separándose y levantó la mano, un puño apretado fue directo a golpear duro en su mejilla.

— ¿Por qué mierda hiciste todo esto? ¿Tienes idea de lo asustada que estaba por tener un jodido helicóptero gritando mi nombre de pila por todo Richmond al aire?

Mitad lo gritó en español, mitad en inglés, pero Thompson entendía el punto. Estaba enojada.

Corrección. Cabreadísima.

🚨 Perfecto Policía [ #1 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora