Historias de Reddit -No Sleep- (Traducidas al español)

The Odd Kids - Los Niños Raros

Historia original de: StealMyPants

Un verano, cuando era niño, mis padres me mandaron a quedarme con mis abuelos por las vacaciones. Fui criado en el noroeste pacífico, un pequeño pueblo al este de Misisipi podría ser un país completamente diferente hasta donde sabía. En el instante en que llegamos al aeropuerto me impresionó la humedad tan opresiva, y me convencí allí justo en ese momento de que mis padres francamente me odiaban.

Por supuesto, la realidad era mucho más dulce. Mis abuelos eran buenas personas y gracias a Dios conocí a una chica en los primeros días de haber llegado, nos volvimos amigos de forma rápida. Su nombre era Jessie. Una chica local con largo cabello rubio y ojos verdes, el primer par que jamás habría encontrado. Me enamoré a primera vista. Jessie era uno o dos años mayor que yo, pero eso no nos importó mucho.

Jessie era la razón por la que me levantaba cada mañana, no en un sentido romántico, desde luego, sino uno muy literal. Seguro, mis abuelos eran muy hospitalarios pero eran viejos y sureños, más o menos tan lejos como mi estrecha visión del mundo podría ser. No tenían idea de como entretenerme y pienso que Jessie era un alivio para ellos como para mí, alejándome de sus manos durante el día y restringiendo un poco mi energía juvenil sin límites.

El lugar donde mis abuelos vivían estaba como a una milla fuera de un lugar llamado Ashbury Wood y era una milla que yo caminaba todos los días. Siempre encontraba a Jessie en el camino, dirigiéndose hacia mí. En raras ocasiones ella ya estaba en la casa de mis abuelos cuando yo estaba saliendo y nunca vi donde vivía. No importaba mucho para mí, porque el bosque era nuestro verdadero hogar.

Ashbury Wood no era particularmente grande, pero vaya que parecía que no tenía fin. Jessie me enseñó algunos caminos entre los árboles, atajos secretos que dirigían a lugares interesantes como claros, árboles ahuecados e incluso a un lugar donde un arbusto gracioso estaba creciendo. Nos contamos el uno al otro historias de nuestras ciudades, imaginando cómo sería la vida si uno de nosotros viviera en donde el otro vivía. Siempre que fantaseábamos acerca de llevarla a vivir conmigo, ella cambiaba a un tono más extraño en su voz, pero nunca le di mucha importancia.

Aunque el bosque era nuestra casa y campo de juegos, decidimos poner límites. Si llevábamos demasiado tiempo sin ver nada que Jessie reconociera, inmediatamente regresábamos hasta que estuviéramos en un lugar conocido. Ella también estableció lugares a los que no deberíamos ir, por una u otra razón importante; han pasado décadas y el único que puedo recordar es el arroyo.

El arroyo en sí no era nada de qué preocuparse. Sólo era una corriente de agua poco profunda que me podría haber llegado a la cintura, con bancos inclinados a cada lado que eran enormes pero no insuperables. La primera vez que lo descubrí, inmediatamente me abalancé al agua, listo para cruzar al otro lado cuando Jessie exclamó detrás de mí: —¡Detente!—.

Giré al rededor de un solo pie tan agraciadamente como pudo un niño pequeño y miré hacia ella. Ella se quedó mirando el bosque al otro lado del arroyo. Sus manos se cerraron en puños que mantuvo rectos a sus lados, recuerdo haber estado preocupado de que pudiera estar llorando. Trepé de regreso el arroyo, colocándome a su lado.

—¿Qué pasa?— pregunté.

—Necesitamos dar la vuelta—. La voz de Jessie era apenas un poco más que un susurro. Parecía estar aterrada, lentamente desprendió la mirada del bosque hacia mí. —Necesitamos regresar—.

Acepté de mala gana, pero sólo porque pude notar lo molesta que la situación la ponía. Como dije, el agua en sí no era ni profunda ni rápida y ni siquiera estaba tan lejos del bosque. En el camino de regreso planteé esos puntos, pero Jessie permaneció callada, dirigiéndome al pequeño claro entre los árboles que usamos como base secreta para nuestras aventuras. Sentándome, Jessie miró la hierba por un largo rato antes de hablar.