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Yoongi mantenía su mirada felina encima de aquel pequeño cuerpo, viendo como aquellas largas y peludas orejas se movían suavemente mientras el dueño de estas mantenía su vista en el pizarrón.

Yoongi no sabia como es que había llegado hasta ahí, en qué momento se había fijado precisamente en ese hermoso conejito. Admirando su belleza, timidez e inocencia haciendo que sus peludas y triangulares orejas se movieran con emoción. Él quería acercarse al hermoso conejito para morder aquellas pomposas y rosadas mejillas, quería apretar su redondita cola grisácea que sobresalía de su pantalón, quería morder aquellas largas y suaves orejas.

Tenía tantas ganas de besar aquellos apetitosos labios pintados de carmín que lo llamaban para probar su sabor, quería adueñarse de ese esbelto y pequeño cuerpo, morder aquellos gruesos y jugosos muslos como carne fresca, listos para ser atacados.

Y sus sucios pensamientos siempre lo llevaban a niveles extremos que hacían que sintiera calor por todo el cuerpo y que su pequeño (no tan pequeño) miembro despertara, asfixiandose entre sus prendas, volviéndose una tortura.

Él solo quería corromper a aquel inocente ser, hacer que viera las innumerables estrellas que estaba dispuesto a hacerle ver con el placer corriendo por sus cuerpos. Podían llamarlo loco pero él quería eso y más.

Quería a Jeon Jungkook entre sus brazos.

—Deberías hablarle para que dejes de comertelo con la mirada— gruñó el pelirrojo mientras miraba como su amigo seguía con la mirada puesta en el tierno conejito.

—Cállate zorro apestoso— refunfuño arrugando su nariz sin mirarlo.

—No soy un zorro apestoso, gato sarnoso— Namjoon lo fulmino con la mirada mientras hacía un puchero.

—¿Qué dijiste, zorro tonto?— por fin aparto la mirada para dirigirla al zorro que seguía haciendo un puchero recibiendo una mirada felina y penetrante por parte del gato.

—Gato s-a-r-n-o-s-o— le saco la lengua mientras su cola rojiza se movía de un lado a otro alegre, burlándose del pálido.

—Sí serás...

—¡Kookie!— el gritó alegre hizo que alejara la vista del zorro para fijarse en aquel castaño que iba a los brazos del conejito.

Yoongi frunció el ceño mientras veía el acercamiento de aquellos dos y como el castaño acariciaba las lindas orejitas del conejo mientras sonreía como un tonto. Eso no le gustaba para nada, pues aquel ser era su enemigo, quien no lo dejaba acercarse al conejito y poder ser feliz.

Park Jimin.

—Ese perro ya va de arrimado con mi conejito— gruñó apretando su mandíbula, sus colmillos saliendo a la luz.

Namjoon que apreciaba a su mejor amigo solo se atrevió a hacer un mohín mientras negaba, su amigo no cambiaría. No sabia por qué le costaba tanto acercarse al conejito, no es como si lo fuera a morder sabiendo lo tierno e inocente que era.

—No es tu conejito, imbécil— volvió su vista a sus apuntes, tratando de volverse a concentrar. —Sí no haces nada, Park te lo va a quitar.

Yoongi miró a su amigo. Tenía razón, si no hacía nada aquel conejito se le iría de las manos y la oportunidad de tener un buen polvo se alejaría de su alcance. No quería eso, claro que no.

—Claro, como tú ya tienes quien te folle no tienes que sufrir, ¿verdad?— le picó ocasionando que las mejillas del zorrito se pinten de carmín, avergonzado.

—N-no... no es cie-cierto... ¡Seokjinie no hace esas cosas conmigo!— hizo un puchero mientras escondía su rostro entre sus manos, tratando de contener las ganas de salir corriendo de ahí.

Cute bunny [Yoonkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora