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-Pasteles-

Se dedicó a guardar las porciones del pastel humeante hecho, en el pequeño tupper rosado. Quizás no le gustara por completo el color pero vamos, ¿qué importaba aquello?

—Entonces le dirás, “mire señor Kim, esto es sólo un poco de lo que podrían probar sus atractivas papilas gustativas, si acepta ser mi pare-

—No le dirá que sus papilas gustativas son "atractivas" Taehyung, eso es más ridículo que todo éste plan junto.

—Bien... Uhm entonces borra esa parte y dile el resto.

—Pero eso último no.– frenó Seokjin– No le diré si acepta ser mi pareja. Simplemente tengo que empezar con sutilezas e indirectas y de a poco caerá. ¿No es ése el plan inicial?

—Oh... Es cierto. Bueno ¿y qué hacemos aquí entonces? Entremos al salón y conquista a tu hombre, Jin.– empujó al chico en la entrada quién lo miró mal y comenzó a reclamarle mientras lo empujaba hasta que lleguen a su aula.

Pero en cuánto estaban en medio del pasillo anterior a la puerta, Jin se volteó y lo miró amenazante comenzando a caminar hacia atrás para llegar al destino. Sin embargo, chocó con alguien.

Escuchó un carraspeó y algo lo impulsó a pegarse más a aquél cuerpo detrás, como si quisiera detectar quién era.

Lástima que su sexto sentido era identificar personas detrás suyo sin mirarlas.

—Señor Seokjin.– la voz grave lo llamó.

—¿S-si?

Mierda Seokjin, no retrocedas más. Se dijo mentalmente.

—¿Me dejará pasar?

—¿H-huh?

Se dió cuenta entonces que estaba obstruyendo el camino de éste al salón, y sus mejillas se tiñeron un poco más de rojo.

—Uh, cla-claro.– se volteó entonces, y miró aquella frívola mirada que no emitía nada pero quería emitir de todo. Apretó los labios y dió un paso al costado, mirando como avanzaba luego directamente hasta la puerta del director del lado contrario al aula de clases dónde debía estar ahora.

—Él podría haberte rodeado fácilmente, amigo.– sintió una palmada en su hombro, y su estómago burbujeó por aquellas palabras.

—Si, él podría haberlo hecho...

•Enamorando al
Señor Kim!•

—La ficción es una cosa relativa. ¿Podemos hablar de que la historia de las torres gemelas es ficción, fuera de serie? Si y no. Cuando ambas impactaron y se derrumbaron, podríamos suponer una especie de-

—Señor Kim, ¿usted tiene pareja?

El lugar quedó en silencio, y todos voltearon a ver al único charlatán de la clase, el único tipo que se atrevía a hablar en clase del prestigiado señor Kim y el único que podría hacer una pregunta cómo esa.

—¿Esa pregunta es relativa, señor Wang?

—No, pero...

enamorando al señor kim! © namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora