Un joven de mente escéptica y muy malhumorado, descubre un día que el asesinato que conmovió a su pueblo entero había sido en manos de una singular criatura llamada Mo. Ahora, ambos cómplices el uno del otro, deberán ver la manera de ocultar sus sec...
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—"La vida transcurre en círculos, así como también cualquiera de sus representaciones. Es por ello que, donde nace una rosa, es donde también muere el alma más pura y bella, bajo tierra. Las coincidencias están allí, escondidas a juego del universo. Solo debes estar atento a cada una de ellas...".
Porque todo comenzó contigo, y terminará contigo.
Fuiste tú, Perfusorious, sagrada tierra luminosa; quién engendró a quiénes siglos después te quitarían tu fuente de vida.
Les diste una probada de consumir de tu corazón luminoso, y ahora, cegados por la ambición, van en busca de más energía.
Más luz, más poder.
Van por tus niños; las extensiones más puras del xen, aquel recurso único y característico de tu centro.
Va por sus almas, Perfusorious. ¡Por sus almas!
Todos dicen: ¡Los niños son el futuro de nuestra nación! Pero, ¿Qué futuro habrá para ellos si aquellos humanos egoístas están acabando con el suelo verde que tú nos proporcionas? ¡Están acabando con todo, Perfusorious!
Los bosques se tiñen de rojos y de anaranjados asfixiantes.
El océano es menos agua; más polímero sintético.
Dónde había el hogar de una ardilla ahora hay una gélida y grisácea estructura, impenetrable a la luz solar.
¡Y no sé detienen, Perfusorious!
Ahora, son los niños con quienes experimentan. Sus cuerpos son drenados del xen, hasta que les dejan la última porción de energía para mantenerlos vivos; para futuros estudios.
Los niños se desvanecen, al igual que tú.
Se marchitan. Y sobreviven, o no. Algunos se adaptan. Otros no.
Porque todo lo que nace de ti, muere junto a ti.
Pero aún así, oigo entre los lamentos, voces de personas que aún creen en ti.
En la oscuridad de un bosque, bajo el refugio de la caparazón de una tortuga gigante, yace la llama de fuego más increíble de todas.
Y se llama esperanza.
Dice; "¡Traigan a los niños de la constelación! ¡Los niños de Meka! ¡Ellos pueden salvarte, madre Perfusorious!"
Entonces los vientos rugen, la marea sube, las placas subterráneas se sacuden, las copas de los árboles se agitan y las manadas de animales recorren de sol en sol.
¡Todos esperan a Los niños de Meka!
¡Pero nadie sabe dónde están o quiénes son!
No llores más, Perfusorious.
Los encontraremos.
Y todo estará bien.
Volveremos a ti, y tú volverás a nosotros.
Y las almas de los niños que hemos perdido reirán en tu centro, de donde vinieron, gozando de su juventud eterna.
