Iris se encontraba en una biblioteca en la aldea de los dragones, investigando sobre el entrenamiento dragón y más conocimiento tanto para combate como para la crianza de su equipo.
Se disponía a poner un libro devuelta al estante cuando al ponerlo, otro libro cayó al suelo, por curiosidad Iris se dispuso a leerlo, esta vez en el bosque para poder respirar un poco de aire fresco.
La joven morena estaba completamente sorprendida y sonrojada después de hojear el libro y su contenido.
Era sobre el vínculo sexual que tenían sus antepasados con los tipo dragón, y que esa relación sexual fortalecía, no solo la fuerza sino que la compatibilidad del pokémon con el entrenador.
-Me preguntó si...-pensaba mientras sostenía la poké ball de su Dragonite.
De inmediato sacó al gran pokémon dragón, quien se quedó mirando a su entrenadora con cara seria, por la personalidad ruda que tenía. La muchacha se acercó a su compañero, agachándose para inspeccionar su entrepierna, cosa que hizo a Dragonite sentirse un poco excitado debido al acercamiento de su entrenadora a su parte íntima.
-¡Vaya!- decía Iris al notar que el pene de su pokémon se puso muy erecto alcanzando aproximadamente unos 30 centímetros de largo.
Dragonite apartó la mirada por el comentario de Iris, pero aún así volvió a mirarla al percatarse de que se estaba quitando toda la ropa que traía.
-Dragonite, vamos a hacer algo que nuestros antepasados hacían- decía la morena mientras se agachaba y empezaba a mamar el pene de Dragonite.
En esa parte del bosque no había nadie que interrumpiera el acto pokefilico que se estaba demostrando. Solo una entrenadora chupándole el pene a su Dragonite, que estaba disfrutando de eso.
Dragonite gruñó.
Por obvias razones Iris no podía meter totalmente el gran pene de Dragonite en su boca, pero el resto que no entraba lo masajeaba con sus manos para estimular más el miembro del pokémon dragón.
Iris estaba muy concentrada brindándole placer a su pokémon, aún así no se sentía extraña por hacer eso, es más, lo veía como una conexión más íntima entre un entrenador y su pokémon.
De repente Dragonite se puso en alerta al escuchar ruido en los matorrales, Iris detuvo la mamada, pero Dragonite le hizo entender que continuara, que él se encargará de lo que sea que pasará.
Iris debido a eso solo estaba en usar bien su boca y su lengua para excitar más a Dragonite, y de vez en cuando el gran pokémon daba algunos gemidos de placer, que daban a entender que Iris estaba haciendo un buen trabajo, además seguía escuchando sonidos en la hierba alta, pero hacía caso omiso y seguía chupando y masturbando el pene de Dragonite.
-Aaaahh!- Iris gritó al sentir que algo había entrado bruscamente en su vagina, rompiéndole el himen. Iris se dio vuelta y vio perpetrador- ¿Axew?- Era su pequeño pokémon dragón el que la estaba penetrando- Dragonite, ¿Por qué no...?- fue callada por Dragonite, que agarró su cabeza y le metió la punta de su pene en la boca.
La situación era por mucho muy maliciosa, dos pokémon dragón violaban en el bosque a su entrenadora.
Iris estaba sorprendida, Axew tenía un buen pene para ser un pokémon tan pequeño y Dragonite agarraba con ferocidad su cabeza, así que lo único que podía hacer era chupar su pene, dejarse penetrar por Axew, dejarse llevar por los instintos salvajes de sus pokémon.
Con el paso del tiempo la joven empezó a acostumbrarse al trato que le hacían sus pokémon, eran muy toscos, pero eso dejó de importar una vez que se adaptó al salvajismo de los tipos dragón.
Su vagina se había adaptado a los movimientos y tamaño de Axew, quien gruñía de placer por la sensación placentera de la intimidad de su entrenadora cada vez que metía y sacaba su miembro.
Su boca era esclava de Dragonite. El enorme pokémon dragón la utilizaba como quería. El sabor de ese pene comenzaba a ser el favorito de Iris.
Cada vez los dos pokémon dragón se movían de manera más apresurada, con eso Iris ya sabía que estaban a punto de venirse.
Con ella en posición de perrito simplemente esperando llenarse con todo el semen de sus pokémon, los movimientos bruscos se intensificaron hasta que terminaron por venirse dentro de ella.
-Mmm...- gemía Iris mientras sus orificios tanto oral como vaginal eran llenados por el semen de sus dos pokémon.
Iris estaba tirada en el piso, se encontraba exhausta, aunque el acto fue increíble resultó muy agotador.
Miró de reojo a Dragonite quien todavía tenía su pene grande, y también Axew, que tenía un pene de 20 centímetros y que todavía tenía un poco de los jugos vaginales de Iris en él.
-Wow, que asombrosos son- decía Iris muy cansada.
Pero Dragonite también quería meter su pene en la intimidad de su entrenadora, por lo que se posiciono arriba de ella sin aplastarla.
-Espera, no va a entrar- decía Iris, pero Dragonite no escuchaba y del mismo modo como hizo Axew, penetró a su entrenadora, aunque claro, no alcanzó a entrar completo en su vagina- Aaah!- gimió Iris.
A diferencia de Axew, Dragonite no se movía con tanta libertad debido a la diferencia de tamaño entre los dos, pero aún así la vagina de Iris se sentía muy bien tan solo estar dentro de ella, debido a que la intimidad de la morena le apretaba su miembro.
Axew por su lado se acercó a la cabeza de Iris y ella entendiendo la indirecta, tomó el pene de Axew con su boca.
Ambos pokémon dragón habían convertido a la morena en su hembra personal. Tanto la boca como vagina de Iris ya era propiedad de Dragonite y Axew.
La chica movía su cabeza de atrás hacia delante, chupaba el pene de Axew, mientras recibía las placenteras embestidas de su Dragonite.
-Creo que descubrí un método efectivo para entrenar a mis pokémon dragón- pensaba la morena.
Los pokémon estaban sumamente excitados, Dragonite sentía que la vagina de Iris cada vez apretaba más y más su pene, mientras que Axew gozaba del trato que le hacía a su miembro, sintiendo la cálida y húmeda boca de su entrenadora rodear su pene.
Ambos pokémon estaban a punto de venirse otra vez, eso hizo que Dragonite aumentara el ritmo de las estocadas en Iris, del mismo modo Iris chupaba y lamia aún más el pene de Axew.
Tanto los dos pokémon dragón como la hembra humana estaban en un sincronización perfecta, sus cuerpos se movían perfectamente el uno con el otro, cada estocada y penetración.
Entonces Iris sintió una descarga de semen en su boca, la cual tragó con gusto y después una gran descarga en su parte inferior.
-Mmm...- gemía Iris mientras tragaba el semen de Axew y su vagina recibia la gran cantidad de esperma que soltó Dragonite.
Dragonite al retirar su miembro, hizo que todo el semen se desbordara de la vagina de Iris.
La morena estaba cansada, el apareamiento con sus pokémon fue excitante pero agotador.
Los dos dragones se acostaron junto al cuerpo de su desnuda domadora de dragones. Iris estaba muy cansada, habían sido unas sesiones de sexo muy intenso y muy duro.
Cuando de pronto Axew empezó a brillar sorprendiendo tanto a Iris como a Dragonite.
-Axew evolucionaste- decía Iris al contemplar a Fraxure.
El pokémon se acercó a su entrenadora para restregarse a su cuerpo desnudo. Iris estaba contenta, hizo evolucionar a Axew, aunque con un método muy poco ortodoxo, y aun así le gusto mucho estar en tal sincronía con sus pokémon, pero debía admitirlo, que el placer también lo disfrutaba mucho.
Continuará...
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Pokémon: Mundo lujurioso
RandomMúltiples historias tanto pokefilicas como normales, de humanos y pokemon. Advertencia: Lemon explicito y pokefilia.