"Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en momentos de ira siguen hiriendo durante toda la vida"
(Jorge Luis Borges)
Las bebes estaban en perfecto estado, luego de la caída que sufriera Earth lo que más temía quedó descartado luego de que la doctora le hiciera una nueva acografía, afortunadamente ellas seguían ahí, Kao pensó en todo lo que había pasado las últimas horas, tuvo mucho miedo, sobre todo cuando recibió esa llamada, Earth podía parecer fuerte, pero la fragilidad que demostró en ese momento le hizo comprender que a él solo le costaba confiar en las personas, no supo cuantas horas durmió pero cuando despertó, él estaba mirándolo fijamente.
— Hola... — Le dijo.
— Hola, ¿Cómo te sientes?
— Muy bien. — Respondió.
— ¿Qué hora es?
— Tarde, como las once. — Kao suspiró, ese día no iría a la estación, bajo ningún precepto se separaría de él.
— ¿Tienes hambre?
— No. — Kao no era consciente de que estaban muy apegados, tampoco fue consciente de que estaba a punto de besarlo.
— Kao... — Le susurró.
— Earth... — Sus labios rozaron levemente los suyos, como buscando su aprobación para hacerlo más intenso, él no protestó, entonces Kao dio el siguiente paso y profundizo el beso, su lengua se fundió con la suya y luego lo apegó un poco más, cuando creyó que le faltaría el aire, chocó su frente a la suya.
— Tuve mucho miedo, gracias por venir tan rápido. — Le dijo.
— Siempre acudiré a ti, lo prometo. — De pronto hizo un gesto extraño.
— ¿Te duele algo?
— Ellas ya se mueven. — Dijo con una sonrisa.
— ¿Puedo tocar? — Earth sonrió y le llevó una mano a su vientre.
— Juegan al futbol ahí dentro...
— Wow, creo que sí. — De pronto se encontró sonriendo emocionado. — ¿Earth?
— ¿Umm...? — Earth alzó la vista que hasta ese momento tenia pegada en sus manos.
— ¿Me dejarás estar contigo? — Él le devolvió una mirada llena de dudas.
— Creí que ya lo hacías, estar a mi lado.
— No, pero no así..., me refiero a una relación...
— ¿Una relación, Kao?
— Si...
— ¿Cómo qué clase de relación? — Él no se la estaba poniendo fácil y a Kao le costaba formular sus deseos.
— Novios..., pareja, amante..., como quieras llamarlo. — Respondió. — Ya que me has rechazado antes...
— ¿Qué tal mi compañero? — Sugirió él.
— ¿Compañero?
— Si... — Kao arrugó la nariz. — No pongas esa cara, mi compañero es mejor que mi novio, que mi pareja y que mi amante, incluso mejor que un esposo.
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CORAZÓN DE HIELO
RomanceEl jefe de policía Noppakao era el hombre más respetado del pueblo de Chiang Rai, los delincuentes le tenían miedo y sus subalternos le admiraban, aunque todos quienes no lo conocía de verdad pensaban que tenía un témpano de hielo en lugar de un cor...