♡Capítulo 1♡

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Te sentías  como una adolescente empezando su primer día de clases en su nuevo instituto, pero no podías evitarlo. Por fin te habías independizado de tu terrible padre y estabas viviendo por tu cuenta en tu propio piso, estudiabas la carrera por la que te habías esforzado tanto y no tenías a nadie que te aislara y te dijera con quien podías estar o con quien no.

Te sentías fuerte e independiente, por primera vez en mucho tiempo.

Hiciste una amiga. Su nombre era Lucy, una chica extrovertida, rebelde y muy sensual. Debías aceptarlo, su personalidad era casi completamente opuesta a la tuya, introvertida y algo callada, pero era una buena chica.

También tenías un trabajo a medio tiempo en una cafetería como camarera. Era extenuante y siempre te dejaba muy cansada, sin mencionar que siempre salías a altas horas de la noche, pero era el único puesto en el que no te pedían experiencia laboral y te pagaban lo suficiente como para pagar el alquiler.

Hoy era uno de esos días. Te habías quedado sola luego de que TK tuviera que irse antes del trabajo por asuntos personales. Te había tocado cerrar el restaurante y ya era muy tarde.

Al salir te habías encontrado un chico encapuchado a unos cuantos metros de la salida del restaurante, al cual no le diste mucha importancia al principio.

Hasta que escuchaste sus pasos y silbidos detrás de ti.

—¡Eh, nena!

Aceleraste el paso ante sus "piropos" y llamadas. Sin embargo, notaste cómo él también caminaba más rápido acercándose peligrosamente a ti.

Te jalo del brazo hacia un callejón oscuro y tu corazón se aceleró junto a tu respiración, temiendo lo peor.

—¡Suéltame!, ¡Déjame en paz! —le exigiste mientras tratabas de zafarte de su agarre.

Él solo se río y negó con la cabeza. Se acercaba cada vez más a ti y te empezaban a dar nauseas del miedo que sentías, mientras gritabas por ayuda. Él chico tapó tu boca haciéndote callar. Sentiste un escalofrío recorrer tu espalda y las lágrimas escocer tus ojos cuando repentinamente un golpe seco se escuchó desde detrás del chico.

Te soltaste de su agarré y aprovechaste para correr. Te maldeciste por no tener una actitud física muy buena y no poder correr más rápido. No mucho después alguien tomó tu muñeca.

—¡Déjame ir! —Gritaste soltándote.

—¡Hey, tranquila, soy yo! —Reconociste su voz y tu mirada se encontró con aquellos ojos azules. Era Peter, el chico con el que habías estado saliendo desde hace unos días. Saltaste a abrazarlo mientras aún temblabas del miedo.
—¿Estás bien? ¿No te hizo nada, verdad? —Te preguntó angustiado. Enseguida notaste que tenía el alrededor de su ojo y parte de su mejilla amoratados.

—Sí... ¿Tú estás bien? —Dijiste mientras tomabas delicadamente su rostro con tu mano. Él solo sonrió nervioso ante el contacto.

—¿Esto? Se quitará en unos días... —respondió refiriéndose a su ojo amoratado—Estoy más preocupado por ti, te acompaño a casa, es peligroso que estés a estas horas caminando sola.

Estabas tan asustada que aceptaste sin pensar ni cuestionar demasiado las cosas, Peter lo agradecía. Así no tendría que explicarte cómo era que había aparecido en el momento justo tan repentinamente.
Caminaron juntos hasta tu piso, con el tomando tu mano suavemente. Le invitaste a pasar para tratar su ojo y evitar que se inflamara aún más.

Envolviste un hielo en un trapo y te sentaste junto a Peter en el sillón mientras le dabas pequeños toquecitos con la compresa improvisada. Sin duda ese golpe se quedaría por unos cuantos días.

Peter te miraba con ojos que no sabías descifrar y parecía disfrutar de aquel acogedor silencio que los acompañaba mientras tratabas su herida.

—Gracias Peter... Eres muy buen amigo al ayudarme aún sabiendo que era peligroso... —Le agradeciste en voz baja.

—Ya, amiga —Peter frunció levemente el ceño ante tus palabras. De pronto parecía que aquel ambiente tan agradable que se había formado se rompía en pedazos como un cristal, ¿Tal vez habías sido muy ruda?

Estabas consciente en cuanto a los intensos sentimientos que el chico profesaba por ti. Pero no podías corresponderlo tan rápidamente como él esperaba. Se habían conocido hace apenas unos días... No podías quererlo de la misma forma en tan poco tiempo, tampoco podías jugar con sus sentimientos fingiendo que también lo querías, te haría sentir culpable, no podrías vivir esa mentira.

—Sabes que no te quiero de esa forma, no aún. —bajaste la cabeza —Te dije que podíamos comenzar como amigos, hasta que nos conozcamos mejor —Le sonreíste débilmente y su rostro se relajó.

Peter apreciaba que te hayas acercado a él y que ahora pudieran hablar directamente, realmente lo hacía. El estar cerca de ti y que lo consideres alguien de su círculo cercano era más de lo que hubiera podido pedir...

Bueno, eso no era del todo cierto, aunque trataba de convencerse a sí mismo, sabía que no era suficiente. Quería que lo vieras del modo en que él lo hacía contigo, ir juntos de la mano, que lo llamaras suavemente con voz melosa, que le dieras un beso en la mejilla luego de... Sacudió su cabeza antes de terminar la última frase, no era el momento de pensar en eso.

Quería más, y estaría dispuesto a esperar hasta que estuvieras lista.

Claro que, si tuviera que apartar a alguien de el camino, él estaba dispuesto a hacerlo.

JEALOUS [PeterxFem!Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora