💙Mis cosas del Bobsip💛

💛Oneshot💙

Caminaba con un fúsil por los pasillos de su escuela, en el piso habia enormes charcos de sangre, pisaba uno que otro. Sobre estos yacían los cádaveres de alumnos y maestros que no lograron escapar de sus balas.

No corrieron lo suficientemente rápido para salvar sus vidas...

Miraba cada uno de los cuerpos sin vida, reconoció algunos de los rostros de los niños que le hacian bullying desde hace tiempo.
Recuerda las veces en que lo golpearon en el patio, lo insultaron por no tener padres, incluso una vez fue encerrado en el álmacen del colegio un día Viernes y pasó dos días en ese lugar oscuro hasta que llegará Lunes y pudiera alguien sacarlo de ahí.
Tambien a los maestros, aquellos que aún viendo como él sufría nunca hicieron nada para detenerlos.

Se acercó a uno de los cuerpos, específicamente al de un niño y lo tomó fuertemente de sus cabellos, haciendolo 'mirarlo'.

—Siempre fuiste una mierda Todd...–le habló sin mostrar arrepentimiento alguno–espero estes ardiendo en el infierno ahora mismo

Lo soltó haciendo que la cabeza del niño impactará con el suelo, cosa que no le importó mucho, ya estaba muerto de todos modos.

Recargó su arma y siguió explorando el resto de la escuela, debia asegurarse de que no quedara nadie más, ningún posible testigo de toda este atrocidad.

"Mata a todo el que te encuentres y ten cuidado con el pelo de zanahoria"

Esas fueron las órdenes de la chica pelirroja. Luego de escuchar lo horrible que era su vida, ella lo acogió en su grupo, le enseñó a disparar para ayudarle a vengarse de todos los que lo lastimaron, claro que tambien destruirian el sistema educativo pero eso no lo importaba.

No le importaba ensuciarse las manos de tal modo, no es como si tuviera algo que perder...

De repente escuchó unos ¿sollozos?

—Al parecer aún quedan ratas que exterminar...–agarró bien su arma con una sonrisa–

Si su buen oído no le fallaba, provenian del salón que estaba a la vuelta.
Al llegar encontró que la puerta estaba bloqueada por unas carpetas. Empezó patearla repetidas veces con el fin de hacer que estas cayeran.

Y lo logró, el fuerte sonido de la madera chocando con el piso invadió el lugar.

Ahora nada le impedía cruzar. Preparó el arma, estaba listo para matar a quienes estuvieran dentro.

Pero por obra del destino, en esa aula se encontraba la única persona que era incapaz de matar.

—¿Bob...?–musitó el nombre del joven que se encontraba llorando en el suelo–

————

Se encontraba jugando en la tierra con una ramita que cayó de un arbol. No era del todo divertido, pero podía estar tranquilo lejos de los demás niños.

Pero esa calma y soledad no le durarían mucho.

—¿Que haces?–preguntó una voz un poco chillona–

El de cabello rubio miró a quién habia hablado, encontrandose a un niño de cabello y ojos azules.
Por alguna razón, sentía que tenía a un verdadero ángel frente a él.

—...–al ser la primera vez que se acercaban a hablarle no sabía exactamente que decir–

—¿Por qué no hablas?–se sentó muy cerca de él–¿eres tímido o algo así?