AMOR SE ESCRIBE EN HANGUL
사랑
Por: Lola Beltrán
- L -
Una bonita mañana que podría aprovechar para hacer mis tareas y a mi querido amigo no se le ocurre otra cosa que hacerme cruzar toda la ciudad. Y a saber para qué locura quiere que le ayude esta vez...y si, eso era una locura!
-¿Cómo se te ocurre llamarme sabiendo que no vivo cerca, para hacerme cargo de un perro? ¿Estás loco?- le dije nada más entrar en la tienda de la gasolinera donde él trabajaba.
La verdad, era una hermosura de chihuahua, que tenía un modelito más caro que el mejor de mis trajes y que sin duda tenía un pelo más bien cuidado que el mío, pero eso no era motivo como para hacerme esta jugada.
El que estuviera desempleada temporalmente, no significaba que pudiera malgastar mi tiempo en estas cosas.
-Lola, no te enojes. Te he llamado porque este perro no es un perro normal. Se ha tenido que escapar del coche de los asiáticos que vinieron hace como una hora. Y como tú eres la que entiende de eso... pues pensé en ti.
-¿Y qué quieres decir con eso? Yo sé que esto es una gasolinera, y que aquí no puede estar animales, por lo menos de más de dos patas...- le contesté cada vez más enfadada, aunque intentando no chillar pues el pobre animalito estaba muy asustado ya de por sí como para asustarlo más.
A esa criatura no le habían gritado en su privilegiada vida ni una sola vez.
-Sin insultar, Lola. Que aquí no hay más animal que el perrito y alguna mula tozuda que tengo por amiga y no escucha más que lo que le da la gana.
Este animal no es español, y no creo que entienda nada de lo que le digamos. Tú eres la que te dio por aprender idiomas raros, así que pensé que contigo el pobre se encontraría más a gusto hasta que aparecieran sus dueños.
-Osea, que me has hecho cruzar media ciudad para que me haga cargo de un perro, que según tú solo me va a entender a mí porque estoy estudiando algo de coreano y sé decir "hola"," adiós" y "gracias" en japonés porque me guste el anime y los k-dramas. ¿TÚ PIENSAS?
Vale, estallé. Pero es que no podía con aquella locura.
Un lastimero gruñido me hizo callar de inmediato. La pequeña bola de pelo saltó de los brazos de mi amigo hasta el suelo, para esconderse debajo del mostrador temblando de miedo.
Pobre cosita, él no tenía culpa de nada, bueno sí, de escaparse, pero no era motivo para que lo matáramos a sustos.
Ya que estaba allí decidí hacerme cargo de la criatura. Más adelante le haría pagar de alguna forma a mi amigo por ello.
Así que cogí un paquete de galletas de la repisa de aperitivos y me acerqué al pequeño.
-Ven pequeño. Sé que estamos un poco locos y hacemos mucho ruido pero te juro que nadie te va hacer daño. Ven bonito.- Nada más oler las galletas el pequeño perro saltó a mi regazo y lo pude coger.
Creo que él tenía tanta hambre como yo, que había salido de casa con tanta prisa, que ni tomé desayuno alguno. Así que sentados en el suelo, tanto él como yo, acabamos el paquete de galletas en segundos.
Una vez satisfecho el perrito, se acurrucó en mis brazos y se quedó dormido. Tanta agitación debió de dejarlo exhausto.
Aproveché el momento de tranquilidad y me dispuse a mirar su placa de identificación para ver si había algún número de contacto o similar, que nos ayudara a dar con sus dueños.
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AMOR SE ESCRIBE EN HANGUL
FanfictionQuien te iba a decir que encontrar la mascota de tu actor favorito te iba a cambiar la vida por completo. Quien te iba a decir que tu verdadero amor acabaría saliendo de un k-drama.