Prólogo

10 3 0
                                    

✍📝✍

Yo debo ser la peor persona del universo, ¡en serio que si! Mejor dicho el mundo me odia por completo, o para rematar Rebecca me odia y quiere restregar me su final feliz, esta bien eso último es imposible, ella es de demasiado buena para eso, aún debe de creer que ella y yo podemos ser amigas y por eso debió invitarme a su boda, si como leyeron me invitaron a su boda, ahora mismo estoy parada cerca de la puerta para esperar que la novia llegué, siento la mirada de Damián perforarme el pecho, con su típica mirada, ¡ja! ¡La que debería hacer eso sería yo! ¿A quién humillaron? ¿A quién la pusieron de asesina los dos últimos meses antes de la graduación? Por algo que yo no había echo y que para el colmo fui víctima, por dios, miro a los invitados que visten colores pasteles muy bonitos, en cambio yo tenía un maldito vestido Azul Eletrico, ajustado, manga larga espalda descubierta,con tacones negros de serpiente enredados en mis piernas hasta casi llegar a mis tobillos, mi cabello está recogido en una coleta alta mis ojos están ahumados, y mis labios acordes un poco de rojo con un color neutro, noto la mirada de algunas señoras, porque claramente yo de aquí me largo al quito coño, solo estoy cumpliendo una promesa que hice hace muchos años.

**Prometo estar en el momento más feliz de tu vida, yo estaré presente aunque no sea yo la responsable de ella**

¿Quién diría que mientras sus promesas eran un hermosa mentira, las mías serían una cruel realidad? Porque aquí estoy aún con todo el daño que me hizo en el pasado, sigo sintiendo su mirada de odio, aquello me duele pero no pida hacer nada, estoy aquí porque mi palabra vale, y mis promesas siempre serán verdaderas, suelto un suspiro de frustración ¿cuándo llegará la novia? Noto la mirada de algunos de la universidad de odio, alguna que otra mirada de admiración por mi atuendo, es irónico que esta boda se de temática de cuento de hadas.

Empiezo a escuchar la melodía de la típica canción de bodas, maldición que clásico es esto, todos se paran y voltean atrás, yo simplemente giró mi cabeza para ver a Rebecca con un hermoso vestido con unos toques de azul pastel, era un vestido de cuento de hadas definitivamente, es ajustado del pecho, manga larga, apenas va cayendo a la parte baja de la cintura, se va soltando dejando ver un hermoso y esponjosa falda, la cola tiene flores, uno que otro diamante, su pelo está recogido en un moño con algunos pelos sueltos, su maquillaje es clásico y básico, ella entra con una enorme sonrisa, da una mirada por todo el lugar viendo a todos, su mirada se topa con la mía, le sonrió levemente con un asentimiento de cabeza, ella corre a mi dirección agarrando su vestido, ahora somos el centro de atención genial.

- Viniste Nova – aquello lo decía apretando en sus brazos.

- Si, dije que lo haría, pero no esperes mucho, de aquí tengo unas reuniones y no puedo estar hasta el final – aquello era una mentira, no tenía nada de trabajo hoy, pero no quería estar más tiempo del necesario en este lugar – lo siento.

- Tranquila Nova, agradezco que vinieras – dijo ya soltandome de aquel abrazo y dándome la sonrisa más inocente y pura – en serio.

- Ni lo menciones, es una deuda que tenía pendiente – suelto sonriendole, ella agarra mi teléfono de mi mano y nos saca una foto para después seguir su camino.

Ella si que es inocente, quien diría que un monstruo se quedaría con un pequeño copo de nieve, la ceremonia sigue como se planea, todo va como debería, esto es aburrido por dios, todo esa palabrería para decir un simple "los declaro marido y mujer" ash  que fastidio,  unos minutos más y ya están diciendo los votos, alabada sea ¡Judas! Apenas terminaron, sonó la dichosa frase

- Los declaro marido y mujer puede besar a la novia – apenas dijo aquello el padre, ellos se besaron, con todo el amor, pasión, admiración y para usted de contar que más

Todos se paran y aplauden en una ovación de felicidad, yo en cambio simplemente camino a la puerta, estando allí, siento una mirada que no sabia descifra, me volteo, encontrándome con Damián viéndome, pero no sabía cómo, pongo mi cara seria y fría, simplemente, levanto mi mano y la cierro en un puño, solo que dejé mi dedo meñique extendido, dejándole ver la razón del por qué yo estaba allí, ahora si noto en su mirada tristeza, ¡Ja! Donde más le duele, me volteo después de darle una mirada de superioridad, bajo las escaleras lentamente, me pongo mis lentes a mitad de esta con una sonrisa, gano ciertas miradas de personas que pasaban por la iglesia y me valía madre, apenas termine de bajar, quito el seguro de mi Mustang color azul eléctrico, entro sin detenerme de la persona que ahora escucho grita mi nombre, prendo el auto y arranco, pisándole a todo, alejandome de quien sea que me llamaba, miro el cielo y allí estaba hermosamente  nublado pero con algunos rayos de sol, dejándolas ver hermosas y anaranjadas, paro en el semáforo, diablos debo llegar rápido al departamento, apenas se pone en verde, arranco rápidamente, solo tardo unos siete minutos llegar a mi departamento, aparcó el carro, y salgo rápidamente, apenas entro saludo Juan el portero que es un amor de persona, subo en ascensor y espero llegar al cuarto piso, apenas llegue, camino rápidamente a mi de partamento y entre en el.

- ¡Maldita sea! ¡Jodida mierda! ¡Puta mierda!

Grito a todo pulmón, esas y mil groserías más, mejor dicho todas la que me se, desde la más deplorable, hasta la más sofisticada, me quito los tacones y el vestido, me pongo unas medias, unos short cortos y una chaqueta, que decía "Galaxy" es hermosa, tengo la galaxia en mi caqueta.

Preparo un pollo frito, con papas rústicas, una ensalada césar, unas arepitas fritas, saco un vino y bueno amores a disfrutar de la vida, que es solo una.

Por los amores falsos.

Por la mierda que te lastima.

Por las falsas promesas.

Por ser mejor que los que te lastimen.

Por ser fuertes.

Por las mentiras.

Por simplemente la vida.

Después de ese auto brindis bebí, bebí porque dolía mucho, bebí porque sentí que mi pecho se desgarraba con cada respiración que daba, sentí que mis ojos seguían igual, sin vida, mi garganta seguía sonando fría, bebí por cada lágrima que mis ojos soltaban, pero sobre todo bebí por desaparecer y olvidar, el hoy, el mañana y el pasado.

Mi VersiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora