Cada noche que pasa hunde mi corazón en un abismo de depresión y soledad, un infierno que yo mismo cree pero que ahora es una oscura celda de la que soy prisionero.
Tus lágrimas son mi más dolorosa cadena, aún puedo recordar tus ojos llenos de dolor, que regresan a mi como una constante pesadilla.
Debo dejarte ir, no puedo retenerte cuando solo logré lastimarte.
Un año ya ha pasado, más de un año, y el dolor latente de haberte dejado aún permanece como el primer día sin dejarme respirar.
Los gritos agonizantes de mi corazón ensordecen a la razón, y me hacen olvidar aquella promesa.
-Solo necesito tu voz…- me auto consuelo mirando un cielo en completa oscuridad.
Mediante una súplica interna le ruego a dios que lo único que conservo de ti, aún lo poseas.
No soy consiente del momento en el que tomo el teléfono y busco aquel nombre que hace tanto no pronuncio. El timbre del otro lado de la línea, hace que el ritmo de mi corazón sea errante.
Y si no contesta la llamada ?
Que hare?
Habré perdido todo de ti ?
Aquellos pensamientos me atormentan mientras un miedo abrumador se apodera de mi mente. Pero por primera vez en meses este sentimiento desaparece dejándome respirar.
-Hola...?- he olvidado el número de noches que he anhelado escuchar tu voz. Quiero gritar que soy yo, que te extraño, que tengo miedo, que te amo.
Espasmos pronto se apoderan de mi cuerpo y las lágrimas se deslizan por mis mejillas sin permiso alguno
-Hola…- vuelves a hablar.
Y ese es mi límite, intento callar mis sollozos ahogándolos dentro de mi boca con mi mano como una débil barrera. El miedo toma el mando y corto la llamada sin una palabra.
Junto al miedo también llegó el dolor, la tristeza y el enojo, pero no hay rastros de arrepentimiento.
Tu voz aún es el único tranquilizante que necesito.
Sin fuerzas me dejo caer sobre la cama con la esperanza de que en los brazos de Morfeo pueda olvidar todo lo que a pasado.
Yo sé que nunca es bueno aparecer, que no debo llamarla
Que debe parecer que así estoy bien, que ya pude olvidarla
Igual yo sé que fue su decisión y debo respetarla
Faltan solo días para volver a Bangkok, después de tantos meses, la empresa me dejará volver. Soy como un ave con las alas rotas que necesita de alguien para poder moverse, en este caso mi empresa es dueña de aquella ave y toma las decisiones.
No soy más que un títere, que no debe pensar, sentir, hablar o moverse sin permiso, un cobarde que dejó que todo esto pasara.
Fui exiliado durante tanto tiempo, alejado del ojo público, para que reflexionara sobre mis acciones y entendiera mis errores, para olvidar.
Por fin lo he entendido, jamás fui culpable, no fue un error haberte conocido, y mucho menos haberte amado.
Solo unas palabras, unas cuantas acciones son suficientes para que crean que estoy arrepentido de "mis errores" y me permitan volver. Esta vez todo será diferente, no soy el mismo Art al que engañaron, esta vez lucharé, por mi, por ti.
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Cobarde (Mew-Art)
FanfictionPequeña historia Pareja principal: Mew Suppasit y Art Pakpoom