Vista.

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--Bien, ¿Puedes decirme cuantas flores hay en el adorno de la mesa?

Pregunta el doctor con un tono calmado, abro los ojos y alcanzo a ver un escritorio café profundo, hecho de alguna madera oscura muy bonita a mi parecer. En esta hay montones de papeles y por un lado, un lindo florero celeste con margaritas. Cuento detenidamente, hay tres al frente, grandes, dos a uno de los lados y seis mas pequeñas, eso nos da once margaritas.

--Once. --Respondo, con confianza.--

--Son 17. --Me dice, botando cruelmente mi creencia.--

--A-antes solia equivocarme muy poco.. --Tartamudeo, asustado.--

--Mafumafu. --Susurra y siento su mirada en mi, cierro los ojos de inmediato para que no duelan por la luz de la ventana.-- ¿Puedes decirme ahora que forma tiene el cuadro de aquella pared?

Habia visto el cuadro al llegar a su oficina, si, pero fue de reojo, al igual que todo. Giro la cabeza en dirección a la pared que tiene el bonito cuadro, abro los ojos y en cuanto pasa eso, comienzan a llorar, adoloridos.

--No.

--Está bien. --Lo escucho sonreir.-- Escucha, tu vision es peor que la de un anciano de 90 años con cataratas.

--No entiendo que doctor le dice algo asi a su paciente.--Chillo.--

--Uno que realmente quiere que mejores. --Me dice de forma suave.-- Te mantendrás en un pequeño centro de ayuda un par de semanas, ¿Vale? Ahi te harán pruebas diaras o cada tres dias... Si no muestras mejoria, al menos un poco, te operaremos de inmediato.

La palabra "operar" o "cirugia" siempre me ha asustado. Papá nunca tuvo cirugia y murió por ello. Mamá no soportó la cirugia y murió. Siempre quise evitar algo cómo eso, estoy dispuesto a cooperar con aquellos doctores y enfermeras que te miran como si estuvieras moribundo cuando realmente puedes ser curado si muestras esfuerzo e insistencia. Una mano calida se posa en mi hombro con delicadeza, cómo si con ese gesto me dijera silenciosamente que todo va  a estar bien, acaricio sus dedos con cuidado en una dulce respuesta.

--Gracias por su tiempo, doctor. --Dice con voz suave aquella persona a mis espaldas.--

--Espero que Mafumafu se recupere pronto. --Le responde el doctor, con un leve tono de cansancio y esperanza.--

Me levanto de la incomoda silla en la qué estaba y abro levemente los ojos, veo a una persona ahora a mi lado con un traje gris y unos lindos zapatos negros con un excelente brillo, es Luz, mi tutor desde hace un par de años. Toma los papeles que habia estado preparando el doctor durante toda la consulta y despues toma mi mano, guiandome hacia la salida y por los pasillos hasta llegar a su auto, ayudandome a entrar. Una vez ambos dentro, sé qué no me dirá nada de qué tan grave es lo que tengo, así qué evito el silencio incomodo y me coloco los auriculares, escuchando cualquier cosa que me aparezca en la playlist.

Antes de que mi vista empeorara, habia una persona que me gustaba admirar de pies a cabeza, lo que más me fascinaba de su presencia, era su cabello y su sonrisa a la par de sus ojos. Nos recuerdo sentados en un parque, haciendo nada más qué describir sonidos y cosas que habian al rededor de nosotros, como una especie de juego interactivo con el mundo.

Su voz en mi cabeza suena más alto qué la musica en los auriculares, sonrio sin poder evitarlo mientras Luz me mira por el retrovisor, siempre hace eso, asi qué no necesito abrir los ojos para percatarme de lo qué hace. Me quito los auriculares y me incorporo en el bonito y comodo asiento de piel de su auto.

--Tendremos un accidente si no miras el camino.

--¿Cómo sabes que no miro al frente?

--Puedo sentir tu mirada sobre mi boca.

--Solo pensé que tenias una adorable sonrisa.

--No es la mas adorable del mundo.

--Para mi lo es.

Sonrio de nuevo ante sus halagos practicamente obligatorios. Los adultos piensan que los niños no sabemos de mentiras, aunque empatizar no es del todo malo. Otro silencio se esparse por el auto, pero esta vez es uno mejor, más comodo y relajado... Hasta que abro la boca de nuevo.

--¿Por qué no me dejas ver el expediente que te dió el doctor?

--No estás en condiciones de leer algo asi.

--Puedo leer si se me place. --Reprocho.--

--Si, ¿Y despues qué? Irás a mi y llorarás a más no poder por el ardor en tus ojos, entonces tendremos qué llevarte a emergencias para que te hagan cirugia. ¿Eso quieres?

--No. --Me encojo. Que cruel respuesta.--

--Yo... Mafumafu, lo siento. --Se pasa una mano por el pelo.-- Sabes que te quiero.

--Lo sé. --Respondo sin interes en sus palabras.--

--Siempre dices saberlo pero nunca pareces comprenderlo.

--Sé que me quieres.

--No, no lo sabes.

Despues de que Luz se convirtió en mi tutor legal, se ha acercado bastante a mi, es un apoyo en verdad. Cierto dia donde yo no sabia como controlar el miedo, el me rodeó con los brazos y me dedicó el mas sincero "te quiero" que jamás escuché... Aún asi, sigo sin entender su significado.

Nadie habló despues de eso, ya no era necesario, habiamos llegado a casa en pocos minutos. Me alegraba estar de vuelta en mi hogar, ser recibido por Iroha y Potato, mis gatitas. Era una bienvenida tan calida que solo podia acariciar a mis pequeñas acompañantes, recibiendo su ronroneo en respuesta. Luz me conduce a su "oficina" una vez entramos a la casa y me hace tomar asiento en esas duras e incomodas sillas de madera que tiene para cuando tiene juntas. Muevo mis pies inquietamente, la verdad queria ir directo a mi habitacion... Pero el dice que estando cerca es mas seguro para mi.

--Mafumafu, tomaré una llamada urgente. --Me dice y se levanta de su silla.-- No te muevas de aqui, ya regreso.

Asiento con la cabeza al saber que me mira y el sale, cerrando la puerta con cuidado. No planeo moverme de aqui, aun tengo problemas recordando el camino hacia mi habitacion, asi que no es como si pudiera simplemente irme aunque quisiera.
Me levanto de la espantosa silla y llego hasta su escritorio, tomo los papeles de mi expediente y lo leo. Mis ojos duelen de ver los enormes espacios blancos en las pequeñas letras negras del papel.

A pesar de que no veo correctamente, fuerzo mis ojos y alcanzo a leer las palabras "ceguera parcial" en los papeles, mirando hacia la puerta para confirmar que Luz aun no ha vuelto.

Una pequeña lagrima se desliza por mi mejilla y termina cayendo en una de las hojas de papel que sostengo en las manos... Mis ojos arden y es doloroso, aun asi me sigo forzando y sigo leyendo con atencion.

Recuerdo bien que antes podia ver mejor, no era tan grave. La palabra "parcial" me suena a estafa, ¡Llevo meses sin ver bien! A nadie le gusta que maldiga, pero jodidos estudios, jodidos doctores y ¡Malditos ojos inutiles que tengo! Dejo los papeles y me siento de nuevo, no quiero que me descubra chismoseando en mi propio expediente. Ahora... No hago más que pensar en cosas incoherentes, Soraru-san solia decir que mis ojos eran muy bonitos... Yo creo que no me sirve de nada tener unos ojos lindos si no puedo ver con ellos. Ver... A... Soraru-san... Sólo quiero verte de nuevo, aunque duela.

Historia hecha para alguien en especial, la cual es un secreto.

Moua- Soramafu. [Cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora