California
9 de agosto.
Verano
6:13am.Unos golpes en mi hombro me hacen despertar.
Una cabellera rosa aparece en mi vista, abro los ojos y veo a mi mejor amiga Sam con sus brazos cruzados.
—¿No sonó tu alarma, cierto? —negué y ella suspiró—. Vístete, recuerda que el primer día siempre es complicado.
Salió de mi habitación, me levanté con pocos ánimos hacia el baño, me lavé mis dientes y luego busqué lo primero que vi en mi armario. Unos vaqueros, una blusa roja con el logo de una banda y mis converse.Me arreglé un poco el cabello y luego busqué mi bolso con mi teléfono.
Bajé hasta llegar a la cocina. Mi mejor amigo Zack tenía el móvil en su mano y Sam me entregó mi desayuno.
Salimos de la casa y caminamos hasta llegar a la parada del autobús.
—¿Dormiste bien? —Zack me preguntó y yo asentí.—Intento acostumbrarme al calor. En Chicago tenía que dormir con varias cobijas.
Zack sonrió, sus ojos verdes brillaban de diversión.
—Lo sé. Aún así prefiero el frío.Vimos el autobús llegar, nos sentamos y esperamos hasta llegar a la universidad.
Las palmeras se movían, el cielo estaba con muchas nubes y el sol hacia brillar mi piel a través de la ventana del bus.Una vez llegamos nos acercamos a un cartel donde decían los horarios y los salones asignados.
—Bien, ya la clase empezó y llego tarde—Sam refunfuñó y se fue dejándome con Zack.
Yo miré mi horario y empezaba en 5 minutos.
—Te veo en la salida Zack.El asintió y yo caminé hasta mi destino.
Al llegar, entré y subí las escaleras hasta sentarme en el medio. El profesor llegó y todos permanecimos en silencio.
—Bienvenidos. La clase de hoy será de anatomía y platicaremos sobre ello. Se que muchos son nuevos así que espero y presten atención.Suspiré.
Hoy sería un largo día.
*
Luego de 3 clases mis ánimos de irme a casa surgieron. Solo deseaba estar en mi cómoda cama y no levantarme.
Cuando la última clase terminó, recogí mis cosas y empecé a caminar hasta la salida de la universidad.
El viento golpeó mi cara haciendo que frunciera el ceño por el cambio de temperatura. No pensé que hiciera tanto calor y menos que el sol estuviera prácticamente en mi cara aferrándose para no dejarme mirar mi andar.
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Cambio de Estaciones
JugendliteraturCalifornia creaba delgadas capas de recuerdos en mi mente cuando llegué a esa ciudad. Era como fotografiar pero que con el pasar del tiempo irías escogiendo la mejor imagen. Me desconecté de la realidad cuando conocí la mirada desconocida de un chic...