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Apenas si podía ver algunas luces del carril contrario. El auto se movilizaba con una rapidez moderada, tratando de evitar cualquier accidente o descarrilamiento inesperado. El cielo rugía en cada trueno y la lluvia no dejaba de cubrirnos, la noche había sido opacada por nubes negras y ni siquiera la luna era perceptible en ese momento.

Estaba un tanto exhausto y sensible con respecto a los acontecimientos anteriores. Sabía que no era una persona demasiado paciente y que en cualquier momento explotaria en contra de mis seres queridos, pero ellos también lo sabían y no supieron detener sus palabras a tiempo. Pensé que pasar la semana en casa de un amigo mío a las afueras de la ciudad iba a ser un buen escape. Pero, no sabia que el clima iba a cambiar de manera abrupta solo para fastidiar mi viaje.

Suspire por décima vez en la noche, mientras trataba de ver con claridad a través del espejo, el limpia parabrisas estaba haciendo todo lo posible para alejar las gotas de luvia que imposibilitaban mi visión.

Tenía la necesidad de llegar rápido a mi destino y poder encender la chimenea para calentarme un poco. Seguramente tendría algo de chocolate caliente y la soledad que necesitaba tanto. Acelere un poco, teniendo cuidado con la carretera, la cual debía estar resbalosa por la lluvia. Las luces de mi auto apuntaron al frente, donde podía ver el camino abrirse ante mí.

Cuando avancé casi un kilómetro, algo hizo que observara detenidamente hacia mi derecha. La figura de una persona caminando descalza llamó mi atención. Tenía la vestimenta mojada y podía ver desde la lejanía como temblaba.

Quise ignorar aquella silueta y seguir mi camino, pero no fui capaz de hacerlo.

Mi mente me gritaba que debía ayudar a la persona que estaba allí, no podía dejar que pescara un resfriado en medio de la noche, sin que alguien lo ayudase. Detuve el auto delante de él y baje con rapidez para auxiliarlo.

- ¿Se encuentra bien?- me acerque un poco más, tratando de observarlo mejor.

Su cabello negro cubria parte de sus ojos, mientras todo su cuerpo temblaba. Podía escuchar el sonido de sus dientes al chocar entre sí a causa del frío y como una pequeña nube de vapor salía de sus labios en cada suspiro. Cuando levanto su cabeza y nuestras miradas chocaron me di cuenta de la intensidad con la que sus ojos brillaban. Me hacían recordar a los adornos de navidad, los cuales brillaban para embellecer los árboles.

Sin embargo, sus ojos no tenian que embellecer absolutamente nada, su sola presencia representaba la belleza en todo su esplendor.

- No deberia caminar en la carretera en una noche lluviosa,podría pescar un resfriado-acercó sus brazos a su cuerpo para abrazarse y resguardarse del frió- está descalzo y la caminata podría dañar sus pies, ¿Me permite llevarlo a su casa? ¿Queda muy lejos de aquí?

Frunció el ceño levemente mientras negaba con la cabeza.

- N-No quiero... regresar a casa.

- Entonces permítame levarlo a un hotel para que pueda descansar. No puede permanecer más tiempo bajo la lluvia.

Yo también estaba mojándome bajo la lluvia, pero no parecía reparar en ello. Lo único que quería era proteger al chico que estaba temblando frente a mí y desaparecer aquella fragilidad que lo consumia en ese momento.

- S-Solo quiero desaparecer...-murmuró- d-déjeme aquí y siga su camino.

- No puedo dejarlo aquí, podría adquirir una pulmonía y eso es algo que no puedo permitir- retire los mechones mojados que empezaban a cubrir mis ojos- ¿Qué tal si lo llevo a la casa de mi amigo? ¿Usted está huyendo de alguien o de algo, cierto? Yo también lo hago, quiero despejarme de mi familia unos días y de las obligaciones. Allí tendrá chocolate caliente y una fogata para que pueda calentarse. Le prometo que será cómodo para usted.

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