Soft hours ℘ Nct

𝖪𝗎𝗇

•Créditos a: nctream en Tumblr.
•Género: Fluff.

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El teléfono estaba ligeramente aplastado contra la oreja y el hombro de Yangyang, su rostro estaba contorsionado en lo que parecía dolor, tal vez incomodidad. Lo mirabas, hurgando ansiosamente en los lados de tus uñas.

Una parte de ti esperaba que Kun no contestara el teléfono, pero has estado saliendo con el hombre durante el último año y lo conocías lo suficiente como para decir que Kun siempre respondía las llamadas.

───¿Hola? ───La voz del otro lado de la línea hizo chillar a Yangyang.

───Respondió, estamos muertos. ───El chico agarró el teléfono en su mano y lo empujó hacia ti.

Lo empujaste hacia atrás; había una razón por la que Yangyang era el que llamaba a Kun; claro, eso era algo que hacían juntos, pero él también era parte de eso, así que se lo iba a decir primero.

Yangyang tragó saliva, no queriendo volver a presionar el dispositivo contra su oreja. Estaba aterrorizado por Kun, a pesar de que en realidad era la persona más agradable que había conocido; simplemente no quería verlo enojado. Kun era absolutamente el más aterrador cuando se enojaba: sabías lo que decían sobre las personas más agradables que resultaban ser las más aterradoras una vez que las enojabas.

───Yangyang, ¿qué pasó? ───La voz severa de Kun era lo suficientemente clara, incluso sin tener que gritar.

Tragaste y miraste el pastel quemado en la mesa frente a ti. ¡Lo hiciste por error, lo juraste! Llegaste a casa y el pastel aún estaba crudo, así que tú y Yangyang, ya que no tenías nada que hacer y querías hacer algo bueno para tu novio, decidieron probarlo y meterlo en el horno.

No estabas segura de cómo sucedió, tal vez los dos se distrajeron demasiado con la película navideña que se proyectaba en la pantalla grande de tu sala de estar, pero una vez que el niño se acordó del pastel y corriste a la cocina, ya estaba listo. Demasiado tarde.

Había un poco de humo y cuando sacaste el pastel del horno, además de tener el lindo color amarillo y almohadillado y la consistencia que se mostraba en Internet, estaba negro y reducido a cenizas.

───Entonces, Kun um. . . ya conoces el pastel. . . el único um.

───¿El de la mesa? ───Él terminó por Yangyang, notando cuán repentinamente las palabras eran inalcanzables para el niño.

Yangyang exhaló pesadamente, apartando el teléfono de su rostro. Empezaste a morderte las uñas con más fuerza, castañeteando los dientes.

───Ponlo en el altavoz. ───Susurraste, probablemente esperando que Kun no supiera que estabas aquí, pero tu esperanza se apagó rápidamente.

───¿Sun está ahí?

Comenzaste a negar con la cabeza con vehemencia frente a Yangyang, haciéndolo sonreír en señal de victoria.

───Sí, ella es. ¿Quieres hablar con ella? Estás en el altavoz.

Mierda. Te palmaste la cara y miraste al techo con dolor. ───Oye, Cariño. ───Tu voz era temblorosa, insegura.

───Oye, nena. ───Respondió tentativamente, sabiendo que no estabas tramando nada bueno. ───¿Qué pasó con mi pastel?

Oh, cómo deseabas que la tierra bajo tus pies pudiera abrirse y tragarte entera. Podías sentir (bueno, escuchar) por la ira en su voz que no había forma en el infierno de que te dejara ir con eso.

───Ella lo quemó.

Tu respiración se quedó atrapada en su garganta y sintió que su saliva le rascaba los lados del cuello. ───¡Yangyang!

¿Cómo se atreve? ¡Cómo pudo él!

───Sun, dime que está bromeando. ───Gruñó Kun desde el otro lado del teléfono. Juntaste tus manos, tus ojos en el dispositivo ahora, sin preocuparte más por Yangyang.

───¡Kun! ───Te quejaste. No tenías nada que decir en tu defensa.

El gemido que sintió en sus labios fue fuerte, podías sentirte colapsar en un pozo de vergüenza. Hubo algunos segundos de silencio, puro terror y las mejillas de Yangyang se volvieron moradas mientras esperaban que las palabras de Kun salieran a través de sus dientes.

Gracias a Dios, Kun pareció tomárselo con filosofía, reprimió una sonrisa insatisfecha y dijo: ───Si de verdad quemaste el bosque blanco con merengues, se acabó. Eso es todo, ese es el final.