PRÓLOGO

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Sintió por primera vez la necesidad de huir en el momento en que fue capaz de ponerle una mano encima. Aún así aguantó sin quejarse y siguió las órdenes que él la imponía a pesar de no estar de acuerdo o darse cuenta de que solo la utilizaba.

Un día, la cosa se puso fea y el Joker la apuntó con una pistola a la cabeza.
Harley tuvo la suerte de que uno de los hombres del Joker, realmente la apreciaba y consiguió arrebatarle el arma.

-¡¿QUÉ HACES, IDIOTA?! -Gruñó tratando de recuperar su pistola. -¡Ha estado apuntó de pifiar mi plan maestro!
-No hay razón para matarla, aún nos es útil, señor.
-Dame el arma si no quieres ser hombre muerto. -Extendió la mano pero él se negó. -¡Qué me la des!
Ante otra negativa, el Joker hizo un gesto con la cabeza y en cuestión de segundos y a pesar del intento de Harley por salvarle, cayó fulminado.

-Eres un monstruo. -Susurró en el momento justo en que decidió que no viviría para soportar nunca más el maltrato del señor J.
Tampoco para ver a otro ser querido morir por su causa.
Se había acabado la Harley Quinn del Joker, era su propia persona y no dependería de él nunca más.

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