Untitled part

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Paseaba tranquilamente por la avenida principal, que se encontraba a unos 100 metros de mi casa. Caminaba concentrada en mis mas absurdos pensamientos, y por supuesto, no miraba por donde iba.

¡Paf!... Mis libros esparcidos por el suelo, yo tirada boca arriba en el asfalto en mitad de la calle y alguien que se había chocado conmigo. ¡Vaya comienzo!

-¿Estas bien?- Una voz aterciopelada resonó en mi cabeza. Abrí los ojos con cuidado, y vi una mano tendida en mi dirección. Levanté un poco más la vista y me encontré con unos ojos verdes claros que me contemplaban con desesperación.

-Sí- Sacudí mi cabeza despacio- Estoy genial... Gracias.- Me levanté sin necesidad de su ayuda, recogí mis libros.- Lo siento mucho- Y salí corriendo dirección al colegio toda colorada.

Me senté en el primer sitio que divise libre, al final de la clase y contemplé a los alumnos entrar por la gran puerta del instituto. La clase estaba casi llena, el timbre tocó y todos entraron apretadamente en la clase. El profesor entró y comenzó a explicar unas cosas del viaje de fin de curso. Después, sacó una hoja informativa del profesorado y gritó: ¡Pasa, no te quedes ahí!

Una chica morena, de color nieve de piel y ojos como dorado verdosos entro por la puerta casi dando saltitos.

-Hola me presento , me llamo Cristal para serviros. - Una sonrisa de oreja a oreja se extendía por su cara e hizo que a mi también se me extendiera otra.

-Siéntate donde más te apetezca.- Comentó el profesor , pero Cristal ya se había sentado en el pupitre libre que había justo frente a mi.

Contemplé su pelo rizado y despeinado pero acabados en preciosos tirabuzones. Su pelo se parecía mucho al mio, sólo que el de ella tenia más volumen. A los 10 minutos de comenzar la clase se dio la vuelta en un segundo y dejó una notita encima de mi mesa:
-"Hola, ¿qué tal estas? yo bien, estoy aburrida y te veo muy simpática ¿te importaría si hablamos?."
Le contesté sin pensármelo dos veces:

- "Clarooo no importa.  Yo estoy bien... aburrida por la clase... pareces muy alegre e hiperactiva. Eres muy guapa... seguro tendrás muchos ligues"


Continuamos hablando todas las clases, fue una mañana auténtica. Nunca me lo había pasado tan bien, y ella era super simpática. Al terminar las clases nos despedimos, a ella la venia a recoger su madre en coche y yo, volvía andando a mi casa.
No tenía ganas de volver a casa así que me dirigí al parque central, me senté en el columpio más cercano y comencé a leer las notas de Cristal y mías. Estaba sumida en la lectura riéndome a carcajadas cada vez que leía alguna de sus tonterías.

-Eres tú de nuevo.- Escuché la voz aterciopelada que procedía de mi espalda. Giré mi cabeza y le vi. Esos ojos verdes brillantes hicieron que mi corazón diera un vuelco. Me sonrojé, levantando rápidamente del columpio y poniéndome frente a él.

-Hola..- titubeé. Él se adelantó hasta ponerse a un centímetro de distancia, su mirada se introducía en mis ojos profundamente.

-Ya pensé que no volvería a verte- Recorrió mi pelo suavemente en una caricia y me rodeó la cintura con el brazo acercándome hacia el.

-¿¡Pero qué haces?! ¡Suéltame! Tengo que irme...- Forcejeé contra él, pero era muy fuerte.

-Tranquila, solo quiero admirar tu belleza...- Me sonrojé, se acercó a mi y sentí su aliento en mi cuello, posó lentamente sus labios en mi cuello dándome un beso. Me estremecí.

-¿Qué haces...?- Dejé mis manos sin fuerzas y cayeron a cada lado de mi cuerpo, ahora estaban justo enfrente mis labios de los suyos, sus ojos miraban seriamente los míos y yo deslizaba mi mirada de sus ojos a sus labios.

Recuerdos del ayerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora