Si la vida me regalara un instante, volvería a tus ojos mirarte, llenos de aquel verde incesante, que no me dejan existir sin pensarte.
Recuerdo aquel mi primer beso, lleno de torpezas y embeleso, como mi corazón salía del pecho, con la dulce calídez de tú aliento.
Cerré mis ojos y sentí la primavera, era rubor, frescor, rocío y belleza, como flores que se abren a la inocencia, ante el fulgor de unos ojos verde primavera.
Aquel beso quedó tatuado en mi alma, hermoso secreto que mi vida guarda, el primer beso...dulce llamarada de quinceañera enamorada.