Prólogo

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"Hola viejo, lamento no haber venido a verte por tanto tiempo... pero aún me cuesta trabajo el aceptar que ya no estás..."

Un joven pelinegro se encontraba de pie frente a una tumba con una sonrisa, pero que solo demostraba tristeza y nostalgia.

Este sostenía flores en una de sus manos, mientras que la otra la tenía dentro del bolsillo de su pantalón.

"Ha sido algo difícil todo desde entonces, en la escuela al enterarse fueron contados los que me apoyaron, y con eso solo me refiero a Takeda y Maeda jaja..."

Este cambió su mirada por una de tristeza y seriedad.

"Hace unos... ¿2 meses? no tengo idea... llegaron a la escuela unas hermanas, que por alguna razón la agarraron contra mí, supongo que es porque vieron que en este momento soy algo vulnerable jajaja..."

A pesar de lo que decía, no mostraba estar enojado.

"De alguna manera lograron poner de su lado a casi toda la escuela... han terminado algunos por golpearme mientras ellas sonríen... seguro me dirías algo como "Hijo, rompeles la cara, tienes mi permiso" y créeme que quiero y puedo hacerlo... pero en este momento no tengo ganas de más problemas"

Se agachó y comenzó a remplazar las flores de aquella tumba, mientras continuaba "platicando" con su padre.

"Pero el lado bueno de esto, es que Takeda y Maeda a pesar de todo en ningún momento me dejaron solo... actualmente son lo más cercano a una familia que tengo jaja... bueno realmente hay alguien más, desde que tú.... é-él me ha estado ayudando mucho económicamente, cada mes me ha estado ayudando con algo de dinero, ¿Creo que sabes de quien hablo no?... supongo que a él también podría considerarlo mi familia... listo, ya está, ¿Qué te parece?, ¿Son hermosas estas flores no viejo?"

Miraba con una sonrisa aquella lápida que tenía escrito "Isanari Uesugi"

1 año atrás

Isanari tenía una fuerte enfermedad que lo destruía lentamente, pero no quería mostrar debilidad ante su hijo, su mayor orgullo, si él no se mostraba fuerte y alegre Futaro seguiría ese mal ejemplo, y él no quería eso, él quería que su hijo fuera incluso mejor que él.

El llegó a hablar con Futaro sobre su enfermedad, esto lo afectó bastante, pues le tenía mucho aprecio y una gran admiración a su padre, Futaro intentó mantenerse positivo y siempre pensar en que su padre lograría vencerla... lastima que no siempre pasa lo que uno desea.

Un día Futaro caminaba de regreso a su hogar como ya es costumbre, sin saber lo que ahí le esperaba.

Una vez que estuvo cerca pudo ver una ambulancia y varias personas cerca, cosa que lo asustó bastante y fue corriendo esperando lo peor, y lamentablemente esta vez lo era. Aquella ambulancia se encontraba frente a su casa mientras que 2 paramédicos llevaban a su padre en una camilla.

Futaro corrió lo más rápido que pudo casi al borde de las lagrimas... eso que temió por tanto tiempo, finalmente estaba pasando.

"!!!PAPÁ!!!"

"Joven, ¿Usted es su hijo?"

"S-si, ¿Q-Qué a pasado?" preguntó con voz temblorosa.

Ya habían subido a Isanari a la ambulancia.

"Chico sube, te lo explicaré en el hospital"

ℕ𝕦𝕖𝕤𝕥𝕣𝕠 𝕣𝕒𝕪𝕠 𝕕𝕖 𝕖𝕤𝕡𝕖𝕣𝕒𝕟𝕫𝕒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora