Castigo

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La chica suspiró aliviada. El infernal calor terminó cuando cruzó las enormes puertas del gigante palacio, Reth recuperó sus energías que perdió por el suave sudor que cubría su piel, el clima de Tatooine era insoportable, pero si te acostumbrabas, era posible sobrevivir en el planeta.

Sentía las arenas en sus botas marrones, quería salir de aquel lugar y darse un largo baño, pero no se quejó, guardó silencio mientras caminaba al lado del cazarrecompensas de aspecto Mandaloriano.

Boba Fett es admirado por su espléndido trabajo como cazador a la vez que temido y era muy inusual que alguien lo acompañe, pero entre ambos había una regla muy estricta.

"Adonde yo voy, tu irás."

El cazador tenía la popularidad de trabajar solo, pero ahora no podía dejar escapar a la joven.

Ahora la pareja caminaba por los pasillos del palacio de Jabba y Reth se agradecía internamente por no ser escoltados por los regordete guardias, dejando esa oportunidad de estar solos en el trayecto. Boba era alguien de poca palabras, llevando la palabra intimidante pegada en la frente, pero con Reth había un cambio, el hombre de armadura podría abrirse a ella sin ninguna incomodidad, como si ya se conocieran desde años.

—Definitivamente el calor no está en tu lista de gustos. — la masculina voz salió bajo ese casco de colores verdes. Ni siquiera tenía la necesidad de voltear a verla para ver su expresión cansada y harta por el clima.

Reth centró sus cejas con un "exagerado" sufrimiento. — Solo quiero un baño. — comentó, recogiendo sus cabellos, tratando de encontrar alivio.

Los hombros de Boba Fett dieron pequeños brincos entre su diminuta risa pesada y Reth notó su burla. Solo estaban ahí porque entregarían una recompensa que el Hutt pidió y se largarían de ahí en cuanto antes, solo rezaba a La Fuerza que no necesitaría de los servicios del cazarrecompensas.

Al momento de llegar a las escaleras, el escándalo se comenzó a manifestarse por el eco, la pareja bajó con el cuerpo que Boba tiraba, no le importaba que se maltratara, de todas formas ya estaba muerto y solo quería entregárselo a Jabba. Cuando llegaron al final de los escalones de piedra, el caos los envolvió por la música y la multitud descontrolada. Reth arrugó la nariz, la sala del trono era un desastre festivo, la música ambientaba la locura que los seres presentes absorbían. Los licores se servían provocando la ebriedad, el olor carecía de pureza y las voces cantando y gritando cualquier insolencia o estupidez hacían que la chica quisiera correr a la salida. Odiaba este lugar.

Caminaron hacia el trono donde el Hutt descansaba con vagancia, la joven no se separaba por ningún segundo del cazador. No sentía miedo, pero era como si Boba Fett tuviera un área protectora a su alrededor, sintiéndose segura.

Hasta que dio un salto y su corazón dio un vuelco del susto. Pero arrugó sus facciones cuando escuchó las repugnantes palabras detrás suyo.

—Buen trasero, preciosa.

Reth se volteó con el rostro enrojecido por la indignación, encarando al sujeto que le dio una fuerte nalgada. Estaba por gritarle los insultos más vulgares, pero calló cuando el cazarrecompensas de armadura dejó caer el cuerpo a su lado.

Boba Fett se giró bruscamente y como un desquiciado, agarró al tipo y lo golpeó hasta mandarlo al suelo.

La multitud enloqueció, convirtiéndose en espectadores de los dos hombres que luchaban a muerte, aunque la lucha duraría poco por los agresivos golpes que Boba le estaba propinando a su rival y a Jabba ni siquiera le importó su pedido, estaba ahogándose de la risa con la disputa en su trono. Reth solo estaba mirando entre los alaridos a su alrededor, observando todos los movimientos de su compañero de armadura.

De vez en cuando, Boba Fett lo lanzaba entre las mesas, el tipo se quejaba por el dolor, pero la piedad era un código que el cazador Fett no compartía. Lanzaba patadas y puñetazos, era como estar en un coliseo en donde la muerte súbita entraba en persona. Parecía mas bien un castigo que una pelea justa.

Si es que algo debes saber es no meterte con un cazarrecompensas.

Reth despertó de su trance y decidió darle punto final, agarrando a Boba del brazo y apartándolo de la escena violenta, terminando con el castigo improvisado. Lo guió apresuradamente por los pasillos solitarios del palacio, lo sacó de sala del trono a rastras y se detuvieron en uno de los pasadizos, iluminados por la débil luz del día.

—¿No crees que fuiste un poco violento? Me puedo defender sola. — Reth le susurró algo exaltada. Sí, quería darle una paliza a ese imbécil, pero no para dejarlo casi muerto... o tal vez ya lo estaba.

El visor del casco mandaloriano miraba a la joven. —Te tocó sin tu consentimiento.

Los labios de Reth se separaron, demostrando su sorpresa por la inesperada respuesta. Logrando que su pecho comenzará a silenciar sus latidos acelerados. —Te lo agradezco, pero...

—Y me molestó mucho.

Parpadeó entre el silencio tras escuchar su declaración tan concreta, fue un click en su cabeza que sus pupilas se dilataron cuando terminó de analizar sus palabras. Reth bajó sus hombros cuando los brazos de Boba Fett la envolvieron, atrapándola contra la armadura desgastada. —Celoso. — ella susurró, rendida ante la fragancia del cazarrecompensas.

Solo recordar como Boba le daba su merecido a ese sujeto era lo suficiente para provocarle una sonrisa de estúpida. Era como su caballero, brindándole la muerte a todo aquel que tocase a su más preciado tesoro. Boba no podía controlar sus acciones cuando la sentía cerca y que alguien más contamine su terreno, le hacían perder los estribos.

Ella era suya. De nadie más.

El hombre aumentó el abrazó, pegando ambos abdómenes contra el calor de sus cuerpos. —Me pones muy celoso, Reth. — Boba le devolvió el susurro, ocultando el oscuro visor en el hombro de la chica.

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⏰ Última actualización: Nov 11, 2021 ⏰

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