Cena para dos.

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"Lo siento"- sollozaba Charles mientras discutía con su esposa, Sara.
"Te he esperado Charles. ¿Que ocurre contigo? . Debes dejar de hacer esto todos las noches" - dijo Sara conteniendo su furia.
"Tu no me comprendes Sara, sabes que esta adicción no es fácil de superar" dijo Charles mientras miraba fijamente a Sara.
Charles alejándose mientras se desnudaba poco a poco para entrar a la ducha y limpiar todo ese líquido rojo; pintura roja la llamaba él.
Charles solo quería salir de esto, su adicción no le permitía tener una vida normal. No contribuía en la sociedad, había sido despedido de más de 5 trabajos. Él ya no sabía que más hacer.
El agua corría por el desagüe. El agua transparente se convertía poco a poco en un rojo vivo.
Charles lloraba desconsoladamente. Sus lágrimas se mezclaban con el agua y el fluido rojo de su cuerpo se desprendía poco a poco.
Charles se cambió de ropa, se puso su traje más caro y su perfume más odorífero.
Bajó a la cocina, ya era media noche así que necesitaba alimentarse.
"Hola nena"- dijo Charles seductoramente al refrigerador mientras examinaba el cuerpo de Sara en pedazos.
"Te dije que era difícil dejar esta adicción querida" - dijo mientras lanzaba una pequeña risa malévola.
Sonó el timbre, Charles fue a atender la puerta. Cuando la abrió, allí estaba su viejo amigo esperando la cena que tanto le había prometido Charles.
Lo que no sabía era que la carne al vino de un olor peculiar era Sara, la esposa de Charles.

A la media noche. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora