My childhood best friend | Hijo Wigetta x Hijo Luzuplay | Fan Fic Karmaland

Enemy?

[ʜᴇɴʀʏ]

(Hijo Wigetta)

Entre cuidadosamente a la casa de mi padre Veg, tratando de no hacer ruido. Era algo tarde, por lo que sabía que si mi padre me descubría, me iba a matar. Suspire de alivio al notar que ni mi padre, ni su novio, estaban despiertos. Subí a mi habitación y procure no encender la luz por si acaso alguien se levantaba. Abrí mi armario y saque el traje negro y la máscara que mi padre Willy me había regalado. Me lo puse y salí por una ventana de mi habitación, para cruzar el muro de la isla en la que se encontraba la mansión de mi padre. Por suerte, ninguna torreta logró darme.

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Estaba en el pueblo, saltando de techo en techo, robando una que otra cosa. Me subí al techo del ayuntamiento y me senté en la orilla de este. Aprecie el paisaje del pueblo de Karmaland. Era una noche estrellada y todo estaba iluminado con los postes de luz. Mire al cielo y aprecié este, era encantador. 

De la nada, escuche como alguien caminaba, mire a todos lado, alerta por si algún guardia estaba cerca, pero no vi nada. Gire mi cabeza a todos lados y vi como una figura se perdía en los árboles que llevaban al bosque. Me llené de intriga y como toda persona curiosa me dirigí al bosque.

Estuve caminando un rato viendo si encontraba algo, pero lo único con lo que me tope fueron algunos animales. Pasó el tiempo y no encontré nada, por lo que decidí volver al pueblo. 

Estaba caminando cuando escuché los mismos pasos de antes, solo que detrás de mi. Giré mi cabeza, pero no había nada ni nadie. A este punto se me comenzó a hacer raro. Escuché un ruido que provenía de la copa de un árbol cercano. Corrí. Corrí como si no hubiera un mañana, no me moleste en ver hacía atrás. No era un imbecil, sabía que si me quedaba ahí algo malo iba a pasar. Escuché como me perseguían y el sonido de las pisadas se hacía cada vez más fuerte. 

Sentí un golpe y me caí. Sabía que algo se me había tirado encima, ya que era demasiado el peso que sentía. Gruñí, jadeé y gemí del dolor y por el peso que sentía, no me dejaba respirar. Lo peor de toda esa pesadilla era que estaba de cara contra el piso, por lo que no vi nada, ni quien era, ni que estaba haciendo. Trate de forcejear, pero mi fuerza era la misma que la de aquella cosa. Una mano se posó en mi boca, dejando la opción de gritar de lado. Sentía como mis manos estaban sujetadas con cuerda. ¿Como mierda acabe ahí? 

-Veo que alguien me siguió, ¿No eres tú el famoso Hijo Oscuro?- dijo una voz ronca, que hizo que me estremeciera. Sentí una respiración cerca de mi oreja, cerré mis ojos con fuerza, pidiéndole  al universo que en algún momento aquella persona aflojara el agarre para poder escapar. No podía llorar, lo peor que podía hacer en ese momento era demostrar sensibilidad. -Huh...te has dejado de mover...- sentí un cosquilleo en la oreja. Trate de mover mi cabeza y que me quitara la mano de la boca, pero fue en vano. 

En un momento de valentía, mordí la mano de esta persona, haciendo que la quitara de golpe de mi cara, sintiendo como el agarre ya no era tan fuerte. -¡MIERDA!- Logre escaparme del agarre. Le pegué una patada a aquella persona, la cual salió disparada, golpeándose contra un árbol. Pude ver con claridad como era. Tenía una máscara de calavera roja que le cubría de la nariz para arriba, una camisa negra y jeans, era moreno y tenía el pelo largo y café. Había visto carteles en la ciudad sobre el. No lo pensé y saqué una daga que tenía atada en un mi muslo. Me acerqué con cautela al chico, el cual estaba gimiendo del dolor causado por el golpe. Alzó su mirada y me fulmino con esta. -¿En serio has intentado atacarme? Vaya  imbecil...- dije sarcástico. -¿Imbecil? Je...Te tenía contra el piso amigo mío...- Fruncí el ceño y lo mire serio. El chico se levantó de golpe, haciendo que por instinto me pusiera en posición de ataque. -¿Asustado?- lo fulmine con la mirada.

-No quiero pelear, vete y olvida que me viste, por favor.- dije finalmente. El chico a entrecerró los ojos, dio media vuelta y en un abrir y cerrar de ojos, ya no estaba allí.

Llegué a la casa de mi padre cojeando. Noté que algunas luces estaban encendidas, por lo que corrí y entre a mi habitación por la ventana. Las de mi cuarto luces estaban apagadas, por lo que suspire aliviado y rápidamente me cambie a mi pijama y me acoste en mi cama.

Pasó un rato y estaba apunto de quedarme dormido, cuando escuche como alguien subía las escaleras, me quedé  inmóvil y trate de regular mi respiración. Escuché como se abría mi puerta y alguien entraba a mi cuarto, era o mi padre o Rubius, eso lo podía asegurar pero preferiría que fuera Rubius, porque si mi padre se entera de que estoy despierto, se va a alarmar. Sentí como me acariciaron el pelo y escuche la característica risilla de mi padre. No pasó mucho tiempo y este se devolvió a su habitación. Suspire aliviado. Vaya día el de hoy...