Único

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Park Chanyeol, en sus diecisiete años existiendo, no le encontraba emoción a la vida. Todo se le hacía tan aburrido y sin gracia. Tal vez por eso empujaba a algunos idiotas contra los casilleros  en el pasillo  o les lanzaba papeles a la cabeza durante clases. Mero aburrimiento. No como otros imbéciles que iban y les robaban el dinero del almuerzo. Gorilas sin cerebro. No se les pasaba por la cabeza que si no se alimentan bien, ¿cómo carajos esperan que resistan los golpes después? Tantito de criterio hasta para ser bravucones.

Así había sido su paso por la escuela desde que entró a la secundaria y la pubertad lo golpeó con estatura e indiferencia. Por eso, ese día que daba inicio al nuevo año escolar, solo estaba estático observando su entorno. Desde su lugar veía cómo grupos de amigos se reencontraban en una mistura de sentimientos recordados. Hacían las escenas de abrazos emotivos colectivos después de dos meses- no importaba que se hayan visto la semana pasada en la fiesta de fin de verano-. Pieles bronceadas y cabellos aclarados por quemarse en el sol. Esa era la apariencia de la mayoría tras el verano juvenil. Todos unos amantes del cáncer a la piel.

Parado en medio del portón del instituto y viendo con desinterés a la mayoría de sus compañeros, una mata de pelo rubia pasa delante suyo como una ráfaga. No sabe ni cómo lo notó con la diferencia de casi una cabeza, pero algo lo llamó a bajar la mirada y enfocarlo. Caminaba rápidamente atravesando todo el campus principal hasta la entrada principal. Era hasta gracioso verlo apurar su paso con esas piernas un tanto cortas, parecía competidor de caminata veloz. Cuando aquel desconocido atravesó la puerta de madera es cuando Chanyeol soltó el aire que tenía retenido sin haberse percatado ¿Qué fue eso?

- Amigo, ¿qué ves?- Esa voz a su costado acompañada de un brazo que le rodeó los hombros es lo despertó.

- Sehun... -Regulaba su respiración aún- Creo que me regresó el asma.

- ¿Después de tantos años? Te dije que eso de la "curiosidad" con el cigarrilo era una estupidez.

Y así es como Chanyeol, por primera vez en su vida, sintió lo que es tener algo que le revuelva el corazón, el estómago, la mente y los pulmones de solo una mirada. También conocido como un flechazo. Sin embargo, tanto años de andar molestando gente le cobraron caro aquella vez que intentó acercarse al chico nuevo, ahora sabiendo que se llamaba Byun Baekhyun, después de una semana de observarlo a la lejanía.

Lo vio en medio del pasillo a la hora de salida en su casillero. Estaba decidido, ese día le saludaría y se presentaría. Tal vez así se le curarían las taquicardias que le daban de solo verlo -descubrió que así se llaman según Google-. Podría llenar una botella con el sudor de sus manos. Tomó aire y aprovechó que uno de los tantos perdedores de siempre pasaba por ahí para empujarlo con sus palmas -de paso y se secaba un poco- y relajarse. El pobre enclenque acabó tropezando con la basura, pero ya su culpa por no prever eso.

Dos, tres, cuatro, cinco pasos seguros de sus largas piernas hasta estar casi detrás suyo. Ya casi lo logra, pero las cosas en la vida tan simples no son tan simples, ¿verdad? Medio paso en el que se enreda con ese maldito pasador que le dio flojera atar antes y acabó trastabillando para delante empujando a Baekhyun contra los libros de su casillero. Un rubio adolorido y confundido voltea a ver a su agresor y una mueca enfurruñada es lo que aparece. Chanyeol levanta su vista y se queda en blanco al tener a Byun Baakhyun frente suyo ¿Qué iba a hacer? Espera, ¿cómo se llamaba?

- Ni pienses que me voy a dejar intimidar por tu estúpida altura como haces con esos pobres tontos que molestas.- ¿Escucharon eso? Tiene una voz melodiosa. La taquicardia solo aumenta con esa linda expresión de... ¿Enojo?- Ándate a la mierda con tus portes de bravucón a acosar a otro, Park.

Y así Byun cerró su casillero de golpe dejando más que claro su salida de la vista de Park. El alto no procesaba a tiempo lo que acababa de pasar, pero una cosa le quedó en claro: Baekhyun sabía quién era... desgraciadamente. Mínimo había llamado su atención.

SOLO DI HOLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora