[I] Atrapado

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—¡¿Pero qué mierda?!

Sus manos fueron atadas por las ramas de los árboles impidiéndole escapar, su mirada, llena de odio, fue hacia la persona que estaba en frente suyo.

Cabello blanco y ojos de color rubí, mostraban una expresión de frialdad que le puso la piel de gallina.

Sus manos brillaban de un color rojo oscuro que rodeaba todo su cuerpo, su aura mostraba la gran diferencia de poder entre ellos.

–Lo siento, pero debo hacerlo.– fueron las primeras palabras dirigidas al rubio.–En unos años me lo agradecerás.

–Agradecerte una mierda ¿Por qué haces esto?

El joven le mostró su espalda, éste no podía ver la expresión del contrario.

–No puedes vivir así y lo sabes.–observó su propia mano.–Por lo que te haré un favor.

Caminó a unos pasos hacía el rubio que no había apartado la mirada de su silueta en ningún momento.

Cuídalo bien ¿Sí?

¿De qué coño h–..?

Sus párpados estaban más pesados de lo normal hasta cerrarlos cayendo en un sueño profundo. El mago se agachó enfrente de él agarrando unas cuantas ramas del suelo y como si fuera papel lo transformó en una corona de flores, colocándolo sobre la cabellera ceniza. 

—Tranquilo, sólo una persona podrá sacarte de aquí. Estarás en muy buenas manos.

—Cuéntame, ¿pasó algo interesante hoy? —preguntó Toshinori, quién estaba sentado en frente del pecoso tomando una taza de té en el balcón de su habitación

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—Cuéntame, ¿pasó algo interesante hoy? —preguntó Toshinori, quién estaba sentado en frente del pecoso tomando una taza de té en el balcón de su habitación.

Desde ahí tenía una gran vista del sol y de su pueblo.

—No mucho su majestad, encontré unas cuantas piedras coloridas en el río en frente de la estatua esta mañana.

Sobre la mesa había dos tazas de té y un plato con galletas de diferentes sabores.

El chico ni siquiera probó su té.

—Joven, ya te lo dije muchas veces, no es necesario que me llames majestad, conmigo puedes dejar las formalidades — dijo entre risas por la estructura del peliverde —. No has comido nada y necesitas el estómago lleno para trabajar, toma una galleta.

—Soy yo a quien le está dando el gusto de tomar té con usted, mientras que a los demás los trata diferente — expresó con culpa — ¿Por qué?

Toshinori se sorprendió por la duda del peliverde.

—Te he dado problemas, ¿eh? No lo hago por lástima, si es lo que preguntas. Sólo que eres diferente — Izuku aún no entendía a lo que se refería —. Los demás son muy buenas personas pero.... Cuando te vi me vi a mí mismo, yo no sabía nada de mi pasado. La antigua reina me ayudó y pude seguir adelante, además, aunque no demuestres cariño a los demás, tu presencia nos tranquiliza haciéndonos sentir cómodos al hablar contigo.

Seré tu siervo [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora