¿I'm so annoying? || Yax ||

• Capítulo Único •

—¿¡TU NUNCA TE CALLAS!?

—...

Max realmente no quiso decir lo que dijo, y mucho menos en la forma en que lo hizo.

Había estado realmente estresado esta semana... mes, y la voz que normalmente era tolerable y agradable en los bordes se convirtió en un ruido molesto que duró más de una hora hasta que simplemente no pudo soportarlo más y explotó.

Ahora Yakko lo miraba con ojos desorbitados, vidriosos y carentes del brillo que adquirían cuando estaba con Max.

Sus labios se cerraron hasta formar una mueca terrible.

Su mano, suspendida a medio camino de llegar a Max en un intento por tocar su hombro y llamar su atención, Max miró con culpa como se apretó en un puño tembloroso y luego fue retraída hasta el pecho de Yakko.

Sus orejas y cola cayeron desprovistas de alegría alguna.

Max observó como Yakko miraba al suelo frente a sus pies y sus orejas escucharon el terrible sonido de un sollozo ahogado. Un momento después, Yakko estaba derramando lágrimas gruesas.

Se deslizaban por sus mejillas y caían al suelo sin medida. El cuerpo delgado de Yakko comenzó a temblar mientras se tragaba los sollozos con los labios apretados.

Corrió hasta él y lo rodeó en un abrazo sin pensarlo. Pronto sintió la humedad caliente en su camisa. Apretó el cuerpo tembloroso de Yakko y se recriminó de todas las formas posibles en su mente.

Estúpido. Él no tiene la culpa.

—Lo siento, lo siento. —repitió una y otra vez en voz baja con desesperación.

Yakko se presionó a sí mismo contra él cuerpo de Max y frotó su rostro en el pecho, casi en el hombro de Max, sintió como tomaba la tela de su camisa entre sus dedos apretando sin piedad y no le importó.

Se quedaron así por largos minutos, hasta que Max sintió el familiar retumbar de los ronroneos de Yakko. Una señal tácita para hacerle saber que se sentía mejor en este tipo de momentos en que no tenía ganas de hablar.

“Ahora solo será peor, adivina de quién es la culpa.” se regañó a sí mismo.

Frotó su mano en la espalda de Yakko, haciendo círculos lentos. —lo siento... —repitió de nuevo.

Yakko solo se frotó más contra Max y ronroneo más fuerte. Max no pudo evitar sonreír por el tierno comportamiento.

—¿soy tan molesto? —murmuró Yakko.

La pequeña sonrisa de Max se esfumó.

—no, no lo eres, yo estoy... no debí gritarte. En serio lo siento. —dijo Max acariciando de arriba a abajo lentamente la espalda de Yakko.

Pasaron aproximadamente cinco largos segundos de silencio hasta que Yakko movió su cabeza hacia un lado, su mejilla aun presionada contra el pecho de Max y sus ojos aún mantenían pequeñas lágrimas sobrantes.

Yakko miró hacia arriba a Max y él le devolvió la mirada, añadiendo una pequeña sonrisa que se suponía no nerviosa.

Entonces Max sintió una mano en su cabeza y antes de darse cuenta o poder decir algo, cerró los ojos cuando rasco detrás de su oreja justo en el lugar correcto que lo hacía mover la cola y patear el suelo igual que ese conejito amigo de bambi.

Cuando parpadeo hacia Yakko un momento después que se detuvo (para su lamento), Yakko estaba sonriéndole con ese brillo de nuevo en sus ojos. —¿mejor?

Los ojos de Max se abrieron y un segundo después, se rió dejando escapar un a-hyuck. Cuando se había calmado, besó la frente de su novio susurrando una afirmativa.

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