CAPÍTULO 4 "CREO QUE NO ESTOY SOLO"

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Hoy comienza el tercer día de Áyax atrapado en el bosque, pero ya se estaba preocupando porque en unos días terminarán sus vacaciones y tendrá que volver a la ciudad, solo que en las 56 horas que ya paso dentro del bosque, no vio ningún coche cerca de la carretera y ya estaba perdiendo la esperanza si iba a tener ayuda de alguien. El quería que este contratiempo pase rápido y que no se hagan mayores problemas. Y de la nada tubo una idea un tanto extraña pero que en su cabeza sonaba bien. Empezó vaciar todo lo que trajo su camioneta y pasarlo a su otro vehículo donde cargaba la madera cuando era leñador, empujo la camioneta hasta la carretera, busco el árbol mas cercano a la a la misma y lo empujo con todas sus fuerzas al árbol, de tal modo que la camioneta parezca estrellada al árbol, mientras nuestro protagonista hacia todo esto pensó:

"Si pasa algún vehículo por la carretera y mira la camioneta, pensaran que está en mal estado y hay una posibilidad de que se detengan a observar que es lo que paso, y yo al estar cerca de la carretera podre explicarles todo y saldré de una vez de este bosque sin mayores problemas"

Mientras hizo todo eso, ya se le había pasado todo el día, gran parte de la tarde y al ocultarse el sol, Áyax decidió volver a su campamento para comer algo. Luego de volver a su pequeño asentamiento ya era hora de cenar, preparo una fogata, hirvió agua, y puso unas pastas a cocinarse que había guardado antes de salir de la cuidad. Salió a ver el señuelo de la camioneta y volvió, pero....

Cuando regreso, el salió sin acomodar nada de su cena pero al volver encontró su comida ya servida en un plato, con un sobre debajo del mismo, Áyax no se dio cuenta por el fuerte cansancio que tenia por estar ocupado todo el día hasta que termino de cenar, y cuando levanto el plato y miro el sobre, se dio cuenta que no estaba solo. De forma inmediata entro a su vehículo a buscar un cuchillo para abrir el sobre, y saco una pistola para defenderse por si lo atacan, y al abrir el sobre encontró dentro una carta, era una carta escrita con una ortografía bastante detallada, una tipografía de letra en cursiva con letras muy juntas, como escrita en una antigua maquina de escritura, estaba escrita sobre un papel que parece bastante viejo, los bordes estaban rasgados y dañados, pero la tinta de las letras no se había corrido, y la carta decía:

"estimado superviviente, le informamos que absolutamente todo el bosque ha sido puesto en cuarentena, este mensaje será entregado a todos los humanos no infectados por la plaga, se hara un protocolo a todos los individuos que se encuentren en el bosque. los humanos que no hayan mutado con la plaga serán enviados a sus hogares, pero los humanos infectados se los mandara al bosque a ser fusilados sin lamentos. todo quedara en sus manos"

Y al final de la carta, con una ortografía menos detallada, estaba escrita la frase:

"date la vuelta, fosastero"

Luego de leer la última frase, Áyax no quería voltear hacia atrás por el miedo de imaginar quien, o que estaría detrás de el, pero justo cuando iba a darse la vuelta, recibió un pinchazo en el cuello, mientras se escuchaba una voz susurrando:

"ya es hora de despedirse, Amigo"

Nuestro protagonista no pudo huir porque al intentar correr, se le durmieron los pies, se le cerraron los ojos, pero por alguna razón, sus oídos no resultaron afectados. Áyax no podía moverse, ni oler, ni ver, solamente podía escuchar. y antes de que se le tapasen los oídos, solo escucho:

"se que puedes escucharme, pero se te acabara la suerte en tres...dos...uno"

El Bosque De La Esperanza PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora