[capítulo 1]

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El joven de cabellos azabache corría detrás de su hijo de 5 años, quien corria fingiendo que era una carrera.El azabache sentía su corazón latir a toda velocidad, su pequeño estaba llendo a la calle y no lograba alcanzarlo.
La calle estaba cada vez más cercana y en el momento que el niño estaba apuntó de llegar fue sujetado del brazo, evitando que caiga a la calle.

Giyuu:¡HIROTO!-grito, cosa rara de el, exhausto mientras  abrazo a su pequeño hijo-¡No vuelvas a hacer eso!-regaño abrazando más fuerte al pequeño y luego mirar a aquel oficial que evito un posible accidente-Gracias...-agradeció en voz baja.

Sanemi:controla a tu mocoso-regaño serio, mirando de reojo a aquel  joven azabache, de 26 años, que había tomado en sus brazos al pequeño de cinco años.

El Azabache tomó a su pequeño niño y se fueron caminando, era raro, al albino se le hacia algo familiar, Aun así, aparto aquel pensamiento y decidió creer que debió ser solo su imaginación.
El albino Camino donde se encontraba su auto y arrancó, su hermano, genya, de 15 años estaba esperando en aquel auto para que el mayor lo llevará a la secundaria.

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Llegó al trabajo y noto que el chico de cicatrices estaba un tanto alegre, le parecía raro, usualmente sabito urokodaki era alguien serio en el trabajo, no lo veías interactuar demaciado, pero claro, al albino, de igual forma no le agradaba tanto el chico de cabello durazno y claro el sentimiento era mutuo entre los dos.

Hiroto:tío, sabito, tengo hambre-dijo el pequeño mirando al mayor.

Sabito:calma, te traeré algo.Pero quédate sentado aqui-le dijo para luego sentarlo e ir a buscar algo para comer al pequeño.

Hiroto:Hola-saludo al albino que iba pasado-Soy hiroto.

El albino solo miro al pequeño con cara de pocos amigos y el pequeño no se asusto, por el contrario, lo miro de peor manera, lo cual hizo al albino mayor molestarse.Sanemi, respiró hondo y decidió ignorarlo, al fin y al cabo era solo un  niño asi que el como adulto de 26 años tenía que dar el ejemplo.
Luego de un rato de ausentarse, el de cabello durazno, regreso con un jugó y unas galletas para el niño y al ver que este estaba cerca de sanemi solo dirigió una mirada molesta y se lo llevó en silencio.

Hiroto:¡Adiós, sanemi!-Saludo el pequeño para luego comenzar a tomar de su jugó.

El albino pasaba por su estación de trabajo y le faltaban sus resaltadores, asi que fue a reclamarle al mocoso que había Estado por aquel lugar, y en cuanto llegó con quién creia era el culpable puso cara de pocos amigos.El niño estaba dibujando con dichos resaltadores.

Sanemi:¡MALDITO MOCOSO, NO TOQUES COSAS QUE NO SON TUYAS!-grito enfadado.

Hiroto:¡NO ME HABLES ASI!-respondió, aun más enfadado.

Sanemi:¡TE HABLÓ COMO SE ME DA LA GANA!

hiroto:¡PERRO QUE LADRA NO MUERDE!-reto el pequeño.

sanemi:¿¡QUIERES PROBARME!?

hiroto:¡VAMOS!

ambos estaban enfrentados con sus miradas, hasta que el pequeño lo observó indiferente y solo se sento nuevamente sin dirigir palabra alguna.

Sanemi:¿Que tanto dibujas?-pregunto molesto al ver al pequeño indiferente de manera repentina y aun con SUS resaltadores.

Hiroto:No te interesa

Sanemi:Mocoso, idiota-rodó los ojos.

Hiroto:Digo lo mismo de ti, pero tu eres adulto.

Hiroto era un pequeño que pese su corta edad era listo,fuerte y también ágil.En una pelea no precisaba de usar fuerza bruta, era tan ágil como para esquivar los golpes sin recibir ninguno y de igual forma cuando los recibía no le importaba pues el dolor físico no le solía afectar en mucho, lo que le afectaba era lo emocional pero no lo mostraría a cualquiera.Su padre, giyuu, es profesor de matemáticas y la  única desventaja era el pequeño hiroto, quien necesitaba que lo cuiden, pese que fuera listo y ágil no dejaba de ser un pequeño de cinco años.

Reencuentro~✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora