Mangel usó la excusa de que el autobús se encontraba lleno de gente para ponerse detrás de su pareja y acercarse aún más, comenzó a rozar sus partes intimas contra los glúteos de Rubén quién no decía nada, pues le encantaba sentir a Mangel de aquella forma, aunque con tanta gente al rededor le daba miedo de que alguien lo notara, pero era imposible, todos los pasajeros estaban absortos en su mundo, muchos con auriculares, algunos durmiendo y otros con el móvil, solo ellos dos notaban lo que sucedía. Mangel seguía con aquel juego, Rubén comenzaba a sentir como el miembro de Mangel se ponía mas duro y notar lo que le sucedía lo ponía aún más cachondo, a cada frenada del autobus la situación se ponía más caliente. Un poco más de gente subió dejando menos espacio del que quedaba, Mangel aprovecho la situación de que nadie los veía y de que llevaban ropa grande debido al frío que hacia aquella noche, metió su mano debajo de su ropa hasta tocarle la piel —Joder Mangel, como me pones...— pensó Rubén mientras sentía aquellos fríos dedos pasar por su abdomen delicadamente mientras seguía pegado a él, se acercó a su oído dejándolo escuchar sus pequeños suspiros a cada frenada que daba el autobús, mordió el lóbulo de su oído con delicadeza y paso disimuladamente su lengua por su cuello, nadie pareció notarlo ya que Mangel llevaba puesta la capucha de su abrigo. Rubén trago saliva al sentir la mano de su novio intentando entrar en su ropa interior, sabía que iba a hacerlo, ya no había marcha atrás, suspiro, trataba de actuar normal para que nadie sospechara nada. Mangel poso su fría mano sobre su miembro y comenzó a tocarlo delicadamente, Rubén comenzó a sentir como su erección crecía más y más a causa del tacto de Mangel, se aferró con fuerza a uno de los asientos del autobús y mordía su labio con fuerza tratando de no gemir, aunque si lo hacia de seguro nadie lo notaria. Mangel continuó tocando la erección de Rubén con más fuerza, mientras rozaba su propia erección contra la parte trasera de su novio, ambos estaban muy excitados. Rubén observo que ya estaban llegando a su departamento y suspiro algo aliviado, después de esta situación iba a poder calmar toda la excitación que traía encima a causa de Mangel, ambos bajaron del autobús haciendo se espacio entre tanta gente, Rubén caminaba con algo de dificultad debido a su erección, Mangel por su parte parecía tener bajo control aquel tema, tomo de la cintura a Rubén y caminaron hasta llegar a su piso.
—Bueno, adiós tío, que descanses.—
—¡¿Qué?! ¡¿co-como que adiós?!—
—Te he dicho que te acompañaba y debía irme rápido para comprar algunas cosas y no viajar cuando sea aún mas de noche.—
—¡Mangel, tú te quedas aquí! ¡termina con lo que empezaste joder!—
—No puedo, sabes que debo irme rápido.—
—Me has dejado mas cachondo que nunca ¿y ahora te vas?—
—Lo siento, me quedaría pero...—
Rubén suspiro algo enfadado pero una idea vino a su mente y sonrió.
—De acuerdo, pero al menos ¿puedes pasar unos minutos mientras trato de calmarme?—
—Solo unos minutos ¿vale?—
Mangel no quería cabrear aún más a Rubén así que aceptó, pasó y se sentó en el sofá.
—Quitate los abrigos, aquí no hace frío Mangel.—
—Pero ya me iré.—
—¡Quitatelos!—
Mangel obedeció y se los quito de inmediato, se quedo sentado allí mientras esperaba que Rubén regresara del baño, donde seguramente se estaría deshaciendo de su erección, pero no fue así, él entro a la habitación y sentó sobre la alfombra frente a Mangel mientras dejaba una caja con algunas cosas a su lado.