Comiendo y haciendo amigues

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Al siguiente día Miguel paso a recoger a Hiro a su hotel y se encontraron con Amanda y Naomi en el lugar indicado.

El restaurante se llamaba "El Mesón de Santa Cecilia", la comida realmente era exquisita y muy variada, servían tacos, sopes, caldo Tlalpeño, enchiladas, chilaquiles, mole poblano, mole verde, pozole, tostadas, cochinita pibil, etc.
También vendían postres como flanes, gelatinas, helado con brownies, chongos, natillas y pan de elote.

Al llegar el par de parejas los recibieron Taylor y Miriam.

"¡Amanda! Ven aquí, te hemos extrañado mucho" le dijo Taylor
Amanda saludo a su prime y a su novia/e. Y luego les presento a Miguel y a Hiro.

"Mucho gusto, nos alegra que hayan venido, ay Naomi también me alegra verte, ven aquí"

Taylor le dió un abrazo de bienvenida a Naomi y luego Miriam saludo a todo el grupo.

"Ponganse cómodos, en un momento les traigo la carta" les dijo Miriam.

Después de que les llevarán la carta y mientras elegían que comer el grupo de amigues platicaba para conocerse mejor:

"¿Y chicas que tal fue para ustedes descubrir su sexualidad?" pregunto Hiro

"Pues primero fue un poco confuso, siempre estuve segura de sentir atracción hacia los hombres, pero tambien la sentía hacia las chicas...solo que al inicio confundía la atracción con admiración. Y bueno, tiempo después descubrí que también me podía enamorar de personas que no eran ni hombres ni mujeres...no sabía cómo etiquetarme o si debía etiquetarme...después de algunos años y de algunas investigaciones me di cuenta que el término que mejor me describía era el de polisexual" dijo Amanda

"En mi caso primero tuve lesbofobia interiorizada....fue difícil...tenía amigos hombres pero a diferencia de muchas chicas no sentía ganas de besarlos ni de tener una relación romántica con ellos. En cambio veía a las mujeres y me parecían tan hermosas...al inicio me dió mucho miedo eso...intentaba salir con hombres...demostrarme a mi misma que no era lesbiana...no quería ser lesbiana en un mundo donde la lesbofobia es alta. Pero pues poco a poco lo acepte...me di cuenta de que no podía cambiar lo que era, así que decidí ser valiente. Afortunadamente en mi casa no se lo tomaron mal, realmente no le dieron mucha importancia" dijo Naomi

"Bueno, me alegra que ambas ahora estén juntas y orgullosas de lo que son" les dijo Hiro

"Claro que sí" dijo Naomi mientras tomaba la mano de Amanda y le sonreía románticamente

"¿Y cómo fue para ustedes chicos?" pregunto Naomi

"Bueno, honestamente yo me di cuenta de que era gay hasta que me enamoré de Hiro. Antes no lo había pensado mucho pero creo que ya había señales.... primero nunca me interesó una chica de forma romántica. Además, cuando mis amigos y yo hablábamos de las chicas que nos parecidas atractivas yo no entendía el por qué tanto alboroto...es decir si había chicas que definitivamente eran muy bellas...pero... simplemente no me volvía loco como mis amigos. Luego conocí a este bello hombre y ahí fue cuando entendí lo que sentían mis amigos...solo que en mi caso yo lo sentía hacia los hombres...mmmm....no me fue muy difícil aceptarlo....pero sabía que en mi casa no lo harían, por eso no les dije nada, aunque al final me descubrieron. No importa, no nos lograrán separar" dijo Miguel

"Así es amor mío, enfrentaremos todo juntos. Y respondiendo tu pregunta pues al igual que Amanda también siento atracción hacia más de un género, solo que yo me identifico más con el término bisexual. Recuerdo que me llegaron a gustar algunas chicas pero también chicos. También recuerdo a Alex, una persona agenero...me pareció que tenía su atractivo. Pero bueno, a quien amo actualmente es a este asombroso hombre. Tuve la suerte de que mi tía y mis amigos y amigas lo aceptaran sin problema." dijo Hiro

"Que bueno que todos tus seres queridos te apoyen Hiro" dijo Amanda.

Después de la plática, ordenaron su comida, Miguel pidió mole verde con pollo y arroz, Hiro pozole, Amanda tacos dorados y Naomi enchiladas.

Después de comer, el grupo decidió ir a la feria, Miguel y Hiro de detuvieron en un puesto donde el mexicano uso dardos para pinchar globos, logrando ganarse un oso de peluche con traje de Santa Claus, el cual se lo dió a Miguel.

Luego, ambos se dirigieron hacia donde un grupo de músicos tocaban alegremente, el público bailaba y ellos decidieron hacer lo mismo.
Más tarde Naomi y Amanda se unieron al baile.

Ambas parejas se veían muy enamoradas.

Hiro miraba intensamente a Miguel, solo tenía ojos para él, el japonés le regaló una sonrisa muy tierna. Por su parte Miguel también le dedicaba una sonrisa embelesada a su novio, pensaba que no había hombre más hermoso sobre la tierra, que lucharía hasta el final por él, pues el sostenía la otra punta de su hilo rojo (si, Hiro le había contado esa leyenda a Miguel).

Cualquiera que viera a Hiro y a Miguel se daría cuenta que se amaban profunda y sinceramente.

Cualquiera....y eso incluía a la madre de Miguel, quien ahora mismo los veía a la distancia.

Azares del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora