# OO1

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Minho y Hyunjin eran el dúo problemático de la universidad, pero nunca le habían llamado la atención, ya que, se rumoreaba que estos chicos tenían contactos y con unos billetes de más, sus problemas desaparecían.

Pero no todo fue para bien. El antiguo director se había jubilado y el nuevo que se había presentado, no era igual que el anterior. No se dejaba sermonear por unos billetes y eso cabreo a Minho y Hyunjin.

En una de sus tantas peleas absurdas, el nuevo director les propuso que hagan el servicio comunitario en la universidad y si se negaban, los echaría. Ambos, con el rostro deformado por la cólera, aceptaron.

Y ahí estaban ambos, sentados en su salón esperando a que sea la hora de salida y cumplir con el castigo que su directo les mando a hacer. Minho estaba a su lado, mirando sin pestañear el reloj que se encontraba encima de la pizarra delante suyo mientras la punta de su lápiz golpeaba la mesa y eso solo aumentaba más su ansiedad de querer irse sin hacer el maldito servicio comunitario.

El timbre sonó, avisando que sus próximas horas serán lavando las mesas y pisos de su estúpida universidad. Ambos comenzaron a guardar sus cosas en silencio, escuchando como sus compañeros se iban poco a poco hasta que quedaron solamente ellos dos. Al tener sus cosas en su mochila, Hyunjin sacó un manojo de llaves de su bolsillo delantero ante la atenta mirada de Minho sobre él.

—¿Y eso?

Preguntó el mayor estando ya de pie y con su mochila colgando en su hombro izquierdo, siguiendo sus pasos detrás suyo en dirección a la cafetería. Primero limpiarán ese lugar ya que era el más grande en su universidad y era donde los alumnos pasaban muchísimo más tiempo allí.

—Son las llaves de la cafetería. Ha está hora ya están cerrando todas las aulas pero como nos mandamos una tremenda cagada, ese es nuestro trabajo también.

Hyunjin tenía las llaves en su dedo índice, haciendo que girarán alrededor suyo. Minho hizo un sonido cuando la punta de su lengua chocó contra sus dientes superiores, dejando ver lo fastidioso que se encontraba.

—Maldito viejo de mierda. Si tan solo el otro viejo no se hubiera jubilado, esto jamás pasaría.

Una risa salió de los labios de Hyunjin y Minho lo miró para nada amigable, sin encontrar nada gracioso ante lo que había dicho.

—Tranquilo, la pasaremos genial.

Habían llegado a su destino y Hyunjin paro de jugar con las llaves, buscando la correcta para abrir la cafetería de la universidad.

—¿Limpiar mesas, trapear pisos y juntar la basura que hicieron los demás cretinos, es genial para ti? ¿Enserio me lo estás diciendo, Hyunjin?

Al encontrar la llave y abrir la cafetería, Hyunjin se giró hacía Minho, quién tenía el rostro reflejando incredulidad. El menor le regaló una sonrisa que hizo a Minho recorrer una especie de cosquilleo en su espina dorsal. Ya sabía a qué se refería.

—No me refería a eso, bebé. No venimos exactamente a limpiar.

El pelinegro guardo las llaves en su mochila. Tomó a Minho de su muñeca derecha, empujando con su cuerpo las puertas que daban acceso a la cafetería mientras su anatomía se veía acorralada contra la de Hyunjin.

—Tendremos todo el tiempo que querramos para nosotros dos solos. ¿No te parece una idea genial?

—No lo había pensado de esa manera.

Cuando las puertas se cerraron por si solas detrás de ellos, sus mochilas terminaron en el suelo y la boca de Minho sobre la de Hyunjin. El pelinegro guió sus manos hasta la cintura de su mayor, acariciando sobre la tela de su camisa blanca.

La espalda baja de Minho choco con fuerza con unas de las mesas que se encontraban ahí, soltando un quejido de sus labios que Hyunjin aprovechó para meter su lengua en la cavidad bucal de su contrario. El beso subió de nivel, los chasquidos de sus labios, sus dientes chocando con desesperación, era la único que se escuchaba en aquel silencioso lugar.

Con algo de fuerza, subió al mayor sobre la mesa, colocándose en medio de sus piernas las cuales rápidamente se cerraron alrededor de su cintura. Hyunjin no perdió el tiempo y comenzó a refregar su miembro contra el de Minho sobre la tela de sus pantalones, ambos soltando gemidos que se ahogaban en su impaciente beso.

Hyunjin iba a separarse para besar y morder aquel apetecible cuello que se cargaba su mayor, pero el ruido de las puertas de la cafetería siendo abiertas, lo detuvo. Minho miraba por encima de su hombro con los ojos abiertos y él deseó con todas sus ganas matar a ese intruso que los interrumpió en el mejor momento. ¿No que todos ya se habían ido?

Cuando se giró, se encontró con un muchacho delgado. Parecía querer decir algo debido a que movía constantemente sus labios sin articular ninguna palabra. Sus pies estaban pegados en el piso porque no daba señales de querer moverse, estaba rígido en su lugar y eso terminó por enfadarlo más.

there's not option [hyunknowmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora