-𝕯𝖊𝖘𝖊𝖔𝖘 𝖆𝖑 𝖒𝖆𝖗-

Sabo les había contado una historia a sus hermanos Ace y Luffy.

—¿Sabían que el océano es mágico?_ Habló el rubio causando asombro en los azabaches._ Deben lanzar una botella al mar con un papel que contenga tu deseo, si haces eso el océano te cumplirá lo que le pediste.

—¡Wow! ¡Cuéntame más! ¡Más!_ Pedía el pequeño.

—Bueno...

—🌊—

Luffy estaba destrozado.

Sabo. Su amado hermano Sabo estaba muerto.

Ace. Su amado hermano Ace estaba muerto.

Sus dos hermanos estaban muertos. Solo. Se había quedado completamente solo. Su tripulación estaba esparcida por el mundo, no había nadie que lo pudiera apoyar.

Las lágrimas no paraban, la sangre caía de sus puños, sentía como la anestesia que Torao le había puesto empezaba a hacer efecto, el dolor estaba desapareciendo, bueno, solo el físico...

Sentía como su pecho se oprimía cada vez más, el simple recuerdo de sentir el peso del cuerpo de Ace en su hombro lo hacía estremecerse.

¿Cómo fue que pasó?

Si, ya había hablado con Jinbei de esto y prometió seguir con su vida pero... Era tan difícil... Había visto morir a la única familia que le quedaba (Garp no contaba ya que dejó claro que estaba de parte de la marina).

Tras tanto llorar se quedó dormido, estaba exhausto.

—🌊—

—Pero, ¿para qué quieres una botella y un papel y lápiz?_ Le preguntó Rayleigh, el chico de goma había estado insistente con eso.

—Para algo. ¡Por favor Rayleigh!

—Ok, está bien...

—🌊—

"En una botella un deseo guardarás...
Escrito en un papel"

Luffy metió aquel papel en la botella tal y como alguna vez le dijo Sabo.

"Si esa botella el mar lo arrastrará
Tu deseo si se cumplirá"

Al llegar a la orilla del mar arrojó la botella mientras las lágrimas bajaban.

Quiero que flores lejos, encuentra un lugar
Dónde mi mensaje tu leerás
Más allá donde yo pueda llegar
Desapareciendo en el mar.

El ya había pasado por esto, cuando murió Sabo hizo lo mismo pero... No funcionó, Ace simplemente dijo que era obvio, que eso era mentira y el lo creyó. Pero... Esta vez... Solo tal vez... Y el océano cumpliría su deseo...

Ya habían pasado tres horas, tres horas y nada había pasado, el dolor cada vez era más fuerte, solo quería gritar y llorar desconsoladamente.

Flota lejos de aquí mi sueño por cumplir
Lleva mi tristeza y mi arrepentimiento.

Solo anhelaba que se cumpliera... Solo eso... ¿Era mucho pedir...?

Se había rendido al cabo de las cinco horas, ya empezaba a amanecer y la noche se iba, al igual que sus esperanzas...

Hasta que...

—Si tal vez yo pudiera volver a nacer...
Pediría jugar contigo otra vez...

Era el... Estaba ahí... Realmente era Ace...

Poco después de escuchar esas palabras la silueta de Ace se empezó a desvanecer al mismo tiempo en el que movía los labios diciendo...

—¡Tu puedes!

Luffy intento... ¡Realmente lo intentó! Intentó alcanzarlo pero la silueta se desvaneció en luces...

Quizá su deseo no se cumplió completo... Pero al menos pudo ver a Ace...

—🌊—

—Aveces los deseos que se piden al mar tardan, pero siempre llegan._ Recordó las palabras de Sabo. Quizá algún día.

Y ese día terminó llegando, el lo sabía.

—¿No me reconoces?_ Preguntó el rubio.

—Tu... Tu..._ ¿Era Sabo? ¿Realmente lo era?

Sin más, las lágrimas del menor empezaron a salir, Sabo estaba frente a el.

Se arrojó a sus brazos temiendo que fuera a desaparecer como lo había hecho Ace aquella vez, sin embargo fue real, todo Sabo era real.

Sus lágrimas no paraban al igual que sus sollozos.

—Luffy... ¡Me alegra de que estés vivo!

Bartolomeo solo observaba como su senpai, el cual siempre había sido muy alegre, lloraba desconsoladamente en los brazos de su hermano mayor, tal como un pequeño niño que se cayó de la bicicleta.

El supo que era buena idea, siempre lo supo, realmente fue una buena decisión... Tirar sus deseos al mar...