Querido Viktor,
Siempre quise ser libre, volar, extender las alas como una bonita mariposa y vivir.
Quiero ser yo, ser Horacio, sin personas que me digan a quienes debo querer, qué debo hacer, cómo debo vestir, que me manipulen, que no me quieran, que no me acepten tal y como soy, que no me permitan ser feliz.
Parece que ser que la felicidad para mi no es una opción factible, nací mal, crecí mal y moriré mal, y aunque quiera evitarlo el destino no me lo permite, es algo que no está en mis manos y después de todos estos años intentando cambiar algo, he podido comprobarlo. Horacio Pérez no puede ser feliz. Se acabó.
Desde pequeño he sentido que nunca encajaba en ningún sitio. Yo nací en Francia, sé que era un pueblo pequeño, pero no recuerdo el nombre.
Todo parecía ir bien, me querían, no teníamos problemas económicos, mis padres tenían un trabajo estable... era un niño feliz y completo, pero cuando cumplí cuatro años mi madre nos abandonó a mi padre y a mi. Se fue sin más.
Mi padre empezó a beber, él me culpaba por hacer que mi madre se fuera, me golpeaba gritándome cosas que se me han quedado grabadas a fuego en la mente.
Para ser sinceros me sigo preguntando si yo tuve la culpa de que ella se fuera.
Me acuerdo mucho de mi madre, ¿Sabes? Tenía una larga melena rubia y una bonita sonrisa. No sé si te habrás fijado en mi heterocromía, pero la heredé de ella. Tenía un ojo marrón y el otro azul, yo tengo el izquierdo marrón como mi madre y el derecho verde como mi padre.
Gustabo siempre me decía que no huyera como ella, no sé por qué lo decía, si quería manejarme o simplemente decía eso para hacerme más fuerte, no lo sé. Lo único que sé es que he acabado haciendo lo mismo que ella, lo que siempre he querido evitar, huyendo, siendo un maldito cobarde.
Meses después de que mi madre se fuera apareció Gustabo. Un niño moreno muy mal hablado que me vendió una idea de futuro muy buena, vi que podía ser feliz con él. Juntos huimos.
Sobrevivir no fue tan fácil como imaginamos; robábamos, nos metíamos en peleas, dormíamos en plena calle... Fuimos creciendo y aprendiendo cosas que no me gustaría haber aprendido.
Cuando tenía 15 años apareció Pogo. Con mucho esfuerzo pudimos hacerle frente, pero los daños estaban hechos, tuvimos que huir de nuevo.
Pogo aparecía de vez en cuando y Gustabo amanecía junto a auténticos destrozos sin recordar nada. Cada vez que pasaba teníamos que cambiar de ciudad o pueblo. Nuestra vida se basaba en huir de nosotros mismos.
No teníamos dinero, no teníamos nada, pero todo mejoró cuando pudimos encontrar tratamiento para Gus. Trabajé en un local ilegal en el que hacía cosas que no quiero ni mencionar para conseguir el dinero. Lo pasé mal, muy mal, me sentía sucio, me daba asco, pero por lo menos pudimos seguir adelante.
Ahí fue cuando por fin fuimos a Los Santos. Ya éramos lo suficientemente mayores como para trabajar en cosas legales y empezamos junto a Segismundo en basureros, el resto ya lo conoces.
Estos últimos años he visto mi vida sin preocupaciones desaparecer delante de mis ojos. Los momentos mágicos, las risas y esperanzas quedan tan lejos que realmente son difíciles de alcanzar. ¿Algún día volverán esos momentos? Ojalá poder volver al sentimiento que tenía antes de entrar en el CNP, de que tenía todo un mundo por descubrir.
Hablando del CNP, la policía fue un mundo completamente nuevo. Por fin abríamos nuestro círculo de verdad, sin tener segundas intenciones. Por fin hacíamos lo correcto.
Aunque Gustabo no lo sintiese, para mi el CNP y el CNI han sido una familia. Conway, es lo más parecido a un padre que he tenido, aunque no fuera la persona más amable o con mejores tratos sé que me quería, nos sacó de la calle y por fin pudimos vivir como personas. Me enseñó muchísimas cosas, lo que soy ahora en gran parte es gracias a él. Si algún día le vuelves a ver me gustaría que le dijeras que le quiero, que es un buen padre y que tenía razón, el mar es infinito, tanto que no soy capaz de salir sin ahogarme, lo siento papá.
Gustabo, mi hermano, mi compañero de vida. Una persona que ha luchado por la estabilidad tanto que cuando dio con ella no pudo aceptarla. No sé dónde estás, no sé nada de ti, pero si estás ahí que sepas que siento haber sido un lastre, siento no haber podido sacarte de tus problemas. Siento haber sido débil y siento serlo ahora. Siempre me tendrás hermano. Te quiero mucho, siempre juntos.
Greco, Michelle, Gregorio, Moussa, James, Torrente, Leonidas, Leopoldo, Brown... Gracias.
Viktor Volkov, ¿Sabes por qué me enamoré de ti?
Tú fuiste la única persona que no me vio como un complemento de alguien más, por una vez yo no estaba siendo la segunda opción, por una vez era solo Horacio y no Gustabo y Horacio.
Siempre me trataste de una manera de la que nadie me trató, me aceptas y me cuidas tal y como soy. Me quieres sin importar todo lo que he hecho, todo el daño que te he causado, todos los problemas que he dado.
Tus bonitos ojos azules son la calma dentro de esta tormenta de la que no puedo salir.
Siento no estar a la altura para darte lo que me das, siento haberte hecho volver, siento ser una molestia, siento no poder salvarme.
Te quiero de una manera que nunca pensé que se podría querer a alguien. Nunca imagine poder ser yo mismo con nadie, contigo puedo ser Horacio. Me enamoré perdidamente de un comisario admirable y lo sigo estando once años más tarde. Nunca te dejé de querer y jamás te dejaré de querer. Gracias por ser tan puro, transparente y comprensivo conmigo. Gracias por dejarme conocer a Viktor, esa persona que se esconde detrás de esas paredes de hielo. Tienes un corazón que no te cabe en el pecho, un cariño abismal. Te quiero Viktor Volkov, de la manera más sincera y bonita que he podido querer a nadie.
Te prometo que en otra vida nos volveremos a encontrar, te prometo que seremos felices y estaremos siempre juntos. Te compensaré, lo juro. Viviremos en un sitio bonito, sin problemas, alejados de la policía, alejados de mafias. Miraremos juntos las estrellas con una gran sonrisa en la cara ¿Vale?
Dile a los pollitos que los quiero, que son increíbles y que pueden con todo, que siento no haber sido muy buen jefe, siento no haber estado a la altura.
Gracias a todos por haber formado parte de mi vida, tanto a los que están como los que no. Gracias.
Lo siento. Os quiero. Te quiero.
Siempre tuyo,
Horacio Pérez.
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Volar
FanfictionTW SUICIDIO -Carta de despedida de Horacio a Volkov poniéndonos en que lo que ha pasado en el directo de Prx del 7/09 sea real -Contenido delicado, lee bajo tu propia responsabilidad -Hay datos de su infancia que son inventados -Inspiración en vari...